Autor UIC

Escrito por: Mtra. Giannina Sampieri Laguna
Directora Académica de la Licenciatura en Relaciones Comerciales Internacionales
julio 16, 2016

El 23 de junio pasado, en el Reino Unido de la Gran Bretaña (Reino Unido)  se realizó un referéndum  para determinar si éste debe o no permanecer dentro del Acuerdo Político y Económico que comúnmente conocemos como la Unión Europea, lo que se ha dado en llamar Brexit (Britain-exit, o la salida de Gran Bretaña).

El 51.9% votó por salirse de la Unión Europea, pero aun así conviene hacer algunas precisiones:

  • No queda claro aún si este referéndum tiene bases jurídicas en un sentido facultativo, en un sentido decisorio, o meramente consultivo; si su carácter es únicamente abrogativo u obligatorio y si su resultado tiene efectos jurídicos vinculantes para el Jefe de Estado (la Reina) y el Parlamento, pero desde un punto de vista de la política es claro que hay lecturas más allá de lo que legalmente sea procedente.
  • El Reino Unido de la Gran Bretaña es una monarquía parlamentaria, y solamente el Jefe del Estado puede ejercer ciertas funciones políticas, por ejemplo, declarar la guerra a otro Estado, establecer un toque de queda para todo el territorio, la suscripción y ratificación de Tratados Internacionales (como el de la Unión Europea por ejemplo). Esto significa que para que el resultado de un referéndum tenga efectos directos vinculantes en un sentido legal, es la Reina Isabel II quien por recomendación del Primer Ministro (Premier o Jefe del Gobierno) debe someter el resultado del referéndum al Parlamento (en este caso a la Cámara de los Lores). Esto es, son los poderes políticos del Estado quienes suscriben Tratados Internacionales y son esos mismos, quienes deben anular sus efectos. El ejercicio de un referéndum no sustituye a las facultades políticas y legales del Parlamento y del Jefe de Estado.
  • Siguiendo este razonamiento, si no fue la Reina Isabel II quien llamó al referéndum, entonces el resultado puede quedar únicamente como un ejercicio consultivo pero no vinculante.

Reino Unido tiene una añeja tradición en el comercio internacional y en el pensamiento económico que privilegia el comercio como fuente de riqueza y prosperidad. Después de la Segunda Guerra Mundial, Reino Unido junto con Estados Unidos sentó las bases fundacionales del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y lo que unos años más tarde sería el GATT, por lo que su vocación en favor del comercio internacional y los esfuerzos de integración están más que acreditados, tal vez como ninguna otra nación en el orbe. Asimismo, Reino Unido en la década de los años 50 fue un promotor del Acuerdo del Acero y el Carbón (CECA), materias primas esenciales para la reconstrucción europea tras la guerra, y con el que se buscó fomentar la cooperación económica y la paz duradera, aunque tras perder protagonismo en las negociaciones quedó fuera de la CECA.

Una vez que la CECA fue viable y sus resultados tangibles, en 1957 se firmó el Tratado de Roma con lo que se establece la Comunidad Económica Europea (CEE) o “mercado común”, pero Reino Unido también queda fuera del Tratado de Roma. A fines de los años 50, Reino Unido promueve la creación del EFTA (European Free Trade Agreement), que se firmó el 4 de enero de 1960 en Noruega como una alternativa de integración comercial. Cabe señalar que este es realmente el primer tratado de libre comercio en el mundo con la idea de establecer un sistema de preferencias arancelarias que llegarían hasta cero. El EFTA no tuvo el éxito deseado y varios países, entre ellos Reino Unido salió de este tratado (1972). El 1 de enero de 1973, el Reino Unido entró a formar parte de la Unión Europea, y desde entonces ha suscrito todos los pasos de integración europea con excepción de la unión monetaria (la zona del Euro como moneda común).

El comportamiento económico de las tres últimas décadas demuestra que a Reino Unido le ha ido razonablemente bien. El producto interno bruto (PIB) creció entre 1980 y 2015, 2.3% a tasa anual, y 1.8 entre 2000 y 2015 (periodo de la Zona del Euro). El déficit en cuenta corriente pasó de 0.6% del PIB en 1980, a 2.2% en 2000 y 4.3% en 2015, lo que demuestra el dinamismo y capacidad de consumo de su población habida cuenta del crecimiento del ingreso per cápita. Reino Unido es el mercado consumidor más grande de Europa.

Su población pasó de 56.3 millones en 1980 a 65 millones de habitantes en 2015 con una tasa media de crecimiento de 0.4% anual, mientras que su producto per cápita creció 1.9% por año en términos reales. Desde 1980, el desempleo tiene una tendencia a la baja (a excepción de la crisis económica de 2008), cuando el PIB decreció 4.1%.

Figura 1

Es menester señalar que desde 2010, tras la crisis económica tanto el producto como el empleo se han recuperado, pero la calidad de los empleos nuevos creados no es mejor que antes de la crisis, ni tampoco las prestaciones inherentes a estos. Ésta, es una de las razones de mayor peso en el malestar de la población en el mundo, no solo en Reino Unido, en relación con la globalización y con la integración económica: la creciente incorporación de los mercados asiáticos tanto a la manufactura como a los servicios globales, ha tenido el efecto de pauperizar los salarios.

Parece casi una obviedad que el Brexit tiene ya, y tendrá repercusiones políticas y económicas muy importantes, independientemente de que pase a una ratificación en la Cámara de los Lores y comience el proceso de salida del Acuerdo.

Es previsible una depreciación monetaria relevante de la libra esterlina. De hecho desde el 24 de junio se registró una pérdida de 11% en relación con el dólar americano y de 10.9% respecto al Euro.

Figura 2-. Libra británica vs. dólar

En segundo lugar, su balanza comercial tenderá a corregirse como consecuencia de la depreciación monetaria, pero con el consecuente sacrificio en el consumo de productos del exterior y la pérdida de competitividad de sus exportaciones. Por ejemplo, Reino Unido es el mayor comprador de pescado de los países nórdicos, que se encarecerá primeramente por la depreciación de la libra, y en un mediano plazo, por la eventual aplicación de aranceles que hoy son cero, pero que podrían subir. Lo mismo ocurrirá con el queso francés y los vinos, el aceite de oliva italiano y español, y con todos los productos de consumo provenientes del mercado de la Unión Europea. La lógica indicaría que Reino Unido mantendría niveles arancelarios bajos para no encarecer el consumo de sus ciudadanos, pero esto no es necesariamente cierto, pues como ya no se tendrá “el yugo” de la Unión Europea, subir aranceles es una fuente de recursos fiscales, además de que existen empresas locales que presionarán por

Figura 3-. Libra británica vs. Euro

aranceles a la importación para ganar mercado. En resumen proteccionismo.

A su vez, la salida del Mercado Común supondrá la imposición de aranceles en los países importadores a los productos británicos, por ejemplo, el whiskey escoces o los programas de televisión de la BBC, muchos de estos se irán de los anaqueles en el mundo o tendrán que competir con otras espirituosas que se verán relativamente más baratas. Algunos programas de TV desaparecerán de las guías de televisión de paga en el mundo entero y algunos programas no se producirán más. La exportación de productos requiere de una base de producción y un precio de salida al mercado que sea competitivo a nivel global. En la mayoría de los casos (99 de cada 100), la aplicación de aranceles a la importación deja fuera de mercado a los productos de importación. Salir del sistema de preferencias dañará gravemente a las empresas exportadoras del Reino Unido, y también causará perjuicios en los niveles de consumo de sus ciudadanos, amén de su calidad y diversidad para todo el país.

Es evidente que el volumen de comercio internacional de Reino Unido disminuirá, y con ello, los volúmenes de divisas que le dan sustento, lo que repercutirá en el mercado de divisas extranjeras pues habrá una disminución de oferta de divisas (aun cuando se piense que ello no es relevante en el mercado financiero más grande del mundo), lo que presionará a la libra esterlina a la baja nuevamente hasta que su balanza comercial comience a dar signos de equilibrio. A priori podría pensarse que esto es bueno, porque los ciudadanos británicos dejarán de financiarse del exterior (situación de déficit comercial), pero uno no debe perder de vista que esto solo ha ocurrido de esa forma porque el nivel de riqueza de sus ciudadanos así lo permite (financiar el déficit), lo que se observa al ver analizar su balanza de pagos completa (añadir al análisis la cuenta corriente y la cuenta de capital). Como es lógico suponer para equilibrar la cuenta de capital, las empresas del Reino Unido que tienen inversiones extranjeras fuera del país deberían repatriar capitales, pero al haber quedado fuera del mercado común el incentivo fiscal para hacerlo deberá ser sustancial, lo que tendría un efecto en las finanzas del Tesoro Británico. En resumen entregar riqueza con dinero público a empresas que ya son ricas, aunque la verdad es poco probable que esas empresas repatríen capitales, pues lo que comúnmente ocurre es que el gobierno se queda con una tajada, y por cierto también los gobiernos de los países huéspedes de inversión extranjera directa.

Por otra parte, para compensar esta presión en el tipo de cambio, el Banco de Inglaterra deberá elevar su tasa de interés de referencia, además es muy probable que Reino Unido sea degradado en sus calificaciones de deuda. Así, los proyectos de inversión tenderán a encarecerse y eventualmente encontrar refugio en otros países. Solo tres días después de conocerse el resultado del referendum, una firma de consultoría global publicó una encuesta que realizó el fin de semana siguiente con los Directores Generales de cientos de importantes empresas globales con base en Reino Unido, señalando que 75% están evaluando ya la posibilidad de radicar sus operaciones en Frankfurt o Dublín, y lo mismo se espera de firmas financieras que hacen negocios de miles de millones de dólares todos los días en la City, al menos 2,000 firmas están considerando mudarse a otras capitales de Europa, como París, Dublín o Berlín. Esto podría significar un cambio global de gran envergadura en los mercados financieros, no necesariamente bueno y con elevada volatilidad.

http://www.independent.co.uk/news/uk/politics/eu-referendum-an-open-letter-to-uk-voters-from-leaders-of-96-british-universities-a7092511.html

Tres días antes del referéndum, los rectores de 103 de las principales universidades de Reino Unido publicaron conjuntamente una carta en la que manifiestan su preocupación por las consecuencias que tendría el Brexit en la posición competitiva del Reino Unido en investigación académica y científica.

No es de extrañar que la gente con más preparación intelectual votara mayoritariamente en favor de permanecer en la Unión Europea (85%).

El Primer Ministro David Cameron, ha anunciado su salida para octubre próximo aun cuando había prometido quedarse. Hay de facto una crisis política dentro del Reino Unido, principalmente por el tipo de gobierno parlamentario que tiene. ¿Cómo integrar ahora un gabinete creíble que lleve adelante el proceso se salida de la Unión Europea en medio de un ambiente tan crispado y dividido? David Cameron y el partido conservador han recibido un fuerte revés con el resultado del referéndum, pero también los políticos Pro-salida que impulsaron la campaña están muy desacreditados porque sus mentiras han salido a la luz. Incluso el partido laborista y su líder Jeremy Corbyn han salido muy mal librados, por el apoyo tan débil a la campaña de Permanecer dentro de la Unión. Corbyn llegó a declarar que él ponía un 7, en una escala de 10, por permanecer.

Es cada vez más evidente que quienes condujeron la campaña Por Salirse, manipularon a ciertos grupos de británicos que no están contentos con la integración (algunos les llaman los perdedores de la globalización).

Escocia, hace no mucho tiempo votó un referéndum para permanecer dentro de Reino Unido y con ello estar dentro de la Unión Europea, pero con este resultado, en Escocia se comienza a promover un segundo referéndum para independizarse del Reino Unido. En Irlanda del Norte pasa algo similar, los líderes del Sinn Fein (el movimiento político más antiguo de Irlanda) han llamado a votar para abandonar el Reino Unido e integrarse a la República de Irlanda.

Huelga decir que es un desastre. Si todo esto puede pasar y claramente es malo para su país, ¿por qué decidieron separarse? La campaña por salirse se basó en señalar que la UE había robado la soberanía al Reino Unido. Se dijo también que bajo los términos de la UE una oleada de refugiados turcos inmigraría y que los inmigrantes actuales son los causantes del deterioro de los servicios públicos, especialmente salud y educación. Todo esto es falso como se ha ido develando en la prensa en los días subsiguientes. Además, lamentablemente se habló muy poco de las consecuencias económicas ni políticas de salirse, salvo la prensa financiera y especializada Se buscó culpar a los inmigrantes de una creciente inseguridad económica para determinados sectores (sobre todo los que votaron por salirse), el descenso en sus niveles de vida y el recorte de servicios públicos, en vez de haber dicho la verdad, que se trata de cambios estructurales en la economía y de las políticas restrictivas del gobierno conservador de Cameron.

La estructura del voto revela que quienes estuvieron en favor de la salida son ingleses que viven fuera de Londres, que votó por permanecer con 60%, Escocia (62%) e Irlanda del Norte (56%). Gales votó por salir con 52.5%, y las demás regiones por salir.

Figura 4 Fuente: The Independent.

Es evidente que las regiones más beneficiadas por la integración a la unión son las que votaron por permanecer. Sin embargo, es interesante advertir que con la sola excepción de Londres y Escocia, las votaciones fueron muy cerradas, lo que significa que aún en ciudades aparentemente menos beneficiadas, la votación por permanecer tuvo copiosidad. Los votantes de 18 a 24 años votaron 75% por mantenerse dentro de la Unión Europea, mientras que los mayores de 60 años solo con 40% por permanecer dentro.

La campaña Por Salirse estuvo plagada de falacias y mentiras de políticos que actuaron con imprudencia y otros en forma negligente. Cabe preguntarse cómo un país normalmente tan crítico y al que apreciamos como informado, puede tener una reacción como esta.

Es evidente que se trata de un malestar con la globalización y su figura más visible: la integración económica. Políticos sin escrúpulos o mesiánicos se aprovechan de esto para llevar su agenda a la esfera púbica y electoral.

Hay muchos autores de diversas corrientes ideológicas que señalan que la globalización no termina por llevar sus beneficios a la mayoría de la población, y en cierto sentido tienen razón, pero también obvian los muy importantes avances en todo el mundo. El best seller de Thomas Pikkety, Capital in the Twenty-First Century, demuestra hasta qué punto existe una clara posición antagónica hacia la economía liberal. Sin embargo, es también justo decir que sin esa economía liberal global, ese libro nunca habría vendido el más de millón de copias en todo el mundo, no habría pasado de ser uno más de los libros académicos en francés.

 

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[1] El Reino Unido de la Gran Bretaña es un Estado que aglutina a países como Irlanda, Gales, Escocia e Inglaterra. Para este texto omito hablar del Commonwealth.

[1] En términos sencillos un referéndum es un mecanismo de decisión por el que los ciudadanos votan en sentido positivo (si) o negativo (no) acerca de alguna cuestión que el Estado debe hacer en un sentido u otro sobre alguna ley, un acto de Estado, ratificación de un gobernante, etc.

 

* Las opiniones vertidas en las notas son responsabilidad de los autores y no reflejan una postura institucional