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febrero 7, 2018

En el mes en curso, tanto en su edición impresa como en su versión online, la revista Veritas publicó un artículo sobre los grandes avances que la blockchain traerá al comercio y empresas el cual fue elaborado por la maestra Giannina Sampieri Laguna, directora académica de la Licenciatura en Relaciones Comerciales Internacionales (RCI), en colaboración con el maestro Edgard Baqueiro Carpio, socio director en Seguros B&C.

El texto resumido del artículo es el siguiente:

La irrupción de una tecnología informática basada en matemática compleja junto con la actitud de libertarismo extremo de un movimiento de contracultura conocido como cyberphunk, está por generar cambios muy radicales en la forma en que empresas y organizaciones lucrativas operan. Nos referimos a las cadenas en bloque (blockchain) de las que se derivan novedosos conceptos y estructuras como las criptomonedas.[1]

Desde hace varias décadas, existe el debate de que los intereses de las empresas se están enfrentando con el de los clientes consumidores, situación que es normalmente resuelta a través del sistema de precios (oferta, demanda y equilibrio). El personal directivo de las empresas procura maximizar el valor de la inversión de los accionistas extrayendo la mayor cantidad de valor monetario de sus consumidores mientras que los consumidores quieren mayor valor en los productos por su dinero.

A su vez, los accionistas enfrentan el llamado problema de agencia que, asimismo, genera sobrecostos para los consumidores. Los directivos tienen fuertes incentivos para extraer la mayor cantidad de ganancias que les sea posible de las empresas para las que trabajan y después distribuir el rendimiento residual a sus accionistas. Las organizaciones han creado programas de compensación directamente relacionados con el valor que sus empleados extraen de los consumidores. A mayores incentivos para directivos, menor valor para los accionistas. Es muy conocido el hecho de que en Estados Unidos juntas de accionistas han emprendido auténticas revueltas en contra de los directores por lo que consideran paquetes salariales desmedidos.[2]

Si fuese posible que las relaciones del sistema capitalista estuvieren mejor organizadas evitando el conflicto de interés entre participantes, entonces se abrirían grandes oportunidades para nuevos emprendimientos y para que los consumidores optimicen su ingreso disponible. La tecnología blockchain podría no sólo erradicar el problema de agencia y cambiar las nociones esenciales que se tienen del gobierno empresarial, sino que incidirá fuertemente en un cambio radical en los montos de capital necesarios para desarrollar negocios. Algunas empresas tradicionales podrían experimentar obsolescencia en unos cuantos años, abriendo rutas no imaginables hace unos años para emprendedores en países emergentes que, hasta ahora, no se están ni remotamente cerca de la línea de la innovación en los negocios.

El futuro ya está aquí

La blockchain con la que opera el bitcoin es, en realidad, un libro contable electrónico (un diario mayor descentralizado),[3] que opera de forma global en internet. En ese libro mayor se muestra de forma transparente el historial de transacciones y propiedad de cada bitcoin (cada propietario de un bitcoin puede tener acceso a la hoja completa de transacciones) y la plataforma (el libro u hoja de cálculo) se actualiza cada 10 minutos con un nuevo bloque de transacciones.

Esta característica de perfecta rastreabilidad hace que la tecnología del blockchain esté por convertirse en una parte esencial del comercio, en virtud de que podrá reducir los costos de transacción y elevar la confiabilidad de estas.

Ahora bien, ¿puede una persona que invirtió dinero —moneda de curso legal— en bitcoin, o una fracción de éste, usarlo como moneda para realizar compras? Puede hacerlo si el comercio acepta el bitcoin como medio de pago.

En la actualidad, cuando una persona decide adquirir un bien servicio tiene esencialmente estas tres opciones para pagar por su compra:

  • Pagar en efectivo de curso legal aceptado en virtud de las disposiciones de la ley. Ese efectivo tuvo que retirarse de una cuenta bancaria propia o mediante el cobro de un cheque en la caja del banco.
  • Usar tarjetas bancarias emitidas por bancos y operadores de medios de pago que actúan como back office (Prosa, Visa o Master Card).
  • Pagar con cheque al comercio con la promesa de que el documento tendrá fondos suficientes. Obviamente, el comercio corre el riesgo de que el dinero nunca llegue a su caja.

En las tres opciones, interviene el sistema financiero, que respalda el pago. Este proceso es oneroso porque los bancos cobran comisiones por el uso de tarjetas. Cuando un comercio acepta la tarjeta bancaria, para poder convertir el pagaré suscrito por el cliente, debe pagar (en México) una tasa cercana a 4% más impuestos, del monto de la operación y esperar 2 o 3 días a que el banco transfiera ese dinero a su cuenta corriente (que mantiene con un banco). Por otra parte, cargar dinero en efectivo para hacer pagos es engorroso y riesgoso.

Si el comercio acepta, por ejemplo, bitcoins (o fracciones de éste) el cliente puede usar un monedero electrónico ligado a la blockchain (el libro mayor de ese bitcoin). Dicho monedero podría residir en un Smartphone, por ejemplo. La diferencia es que ningún banco intervino en la transacción y el comercio tiene la plena certeza de que el pago fue hecho. Es decir, se eliminaron los intermediarios que son costosos para comercio y clientes en un entorno transparente porque el comercio puede ver el libro mayor electrónico del bitcoin.

Una tecnología llena de posibilidades

Las criptomonedas son una aplicación específica de la tecnología blockchain. Podría decirse que son la prueba del concepto en la misma forma que el correo electrónico fue la prueba de concepto para el internet. Y al igual que la tecnología del internet ha demostrado servir para una infinidad de usos, ya se vislumbran distintos usos para el blockchain. Una de ellas son los smartcontracts, contratos digitales inteligentes y autoejecutables.[4]

Un ejemplo puede ayudar a entender cómo funciona. Supongamos que usted desea vender su iPhone por internet, pero para ello enfrenta ciertas dificultades porque no conoce a los compradores potenciales y ellos no lo conocen a usted. Desde luego, podrá hacerlo si hace intervenir a un intermediario que cobra una comisión jugosa sólo por “ponerlos en contacto”; es decir, hace las veces de tercero de confianza y asume riesgos con tal de ganar su comisión (que cobra a ambas partes). Esto puede ser resuelto a través de un smartcontract. El comprador puede pagar al vendedor depositando la cantidad de bitcoins (o fracciones de éste) en un smartcontract que reside en la blockchain. El vendedor fácilmente verifica que el dinero ha sido pagado (puesto a disposición en el smartcontract);[5] hecho esto, envía el producto por mensajería al comprador. El smartcontract establece que, cuando la entrega sea completada, el dinero será puesto a disposición del vendedor; es decir, el bitcoin (o su fracción) cambia de dueño al vendedor. Si la mensajería no aparece por la puerta del comprador en el plazo establecido con el producto pactado, el dinero que puso en el smartcontract le será devuelto a su cuenta. La diferencia con una carta de garantía tradicional (como la carta de crédito) es que no hay ningún intermediario en la transacción por lo que no se pagan comisiones. Actualmente, la banca comercial ofrece sistemas de garantías que funcionan de modo aceptable para grandes transacciones, pero no para vender un iPhone usado. El smartcontract puede funcionar para transacciones grandes y pequeñas por igual.

En 2017, ya se han realizado operaciones de comercio internacional sobre la plataforma del blockchain. En este caso, el comprador y el vendedor acuerdan un smartcontract donde se pactan condiciones de entrega y precio mediante incoterms. El comprador deposita en el contrato el precio pactado en la moneda digital acordada (bitcoins, ethereums, etcétera). El vendedor verifica que los fondos están disponibles y procede a hacer el embarque.  Cuando la empresa de logística sube en la plataforma de la blockchain la información de que la mercancía fue entregada de acuerdo con el incoterm estipulado en el smartcontract, los fondos son liberados en favor del vendedor. Esta operación no requiere de un banco que emita una carta de crédito, lo cual convierte un proceso típicamente complejo en una operación que puede hacerse en unas cuantas horas. Asimismo, el smartcontract puede servir de colateral para obtener fondos de modo anticipado, por ejemplo, con factoraje o préstamos de avío a tasas preferentes, porque el valor pactado tiene certidumbre de cobro lo que reduce la prima de riesgo y el costo de la transacción financiera. El cambio sustantivo en las operaciones de comercio internacional también podría influir en los incoterms negociados y en los seguros de carga. El cambio sustantivo en las operaciones de comercio internacional también podría influir en los incoterms negociados y en los seguros de daños de carga.

La disminución en los costos de transacción que estas situaciones ejemplifican tiene el potencial para atraer a muchos nuevos participantes a los mercados y con ello ayudar de forma significativa a incrementar el comercio y la actividad económica. A pesar de todo, es menester reconocer que la minería de bitcoins y otras criptomonedas requiere grandes consumos de energía, por lo que varios gobiernos comienzan a escrutar dicha actividad; por ejemplo, China y Estados Unidos han manifestado preocupaciones sobre el consumo de energía eléctrica. Si la reducción de costos de transacción son lo suficientemente grandes, entonces los gobiernos deberían estar apoyando la minería de criptomonedas.

Para leer el artículo completo, dar clic en la siguiente liga:

https://veritasonline.com.mx/la-revolucion-del-blockchain/

 

 

 

 

 

 

 

[1] De hecho, en estricto sentido la blockchain, es la tecnología que sustenta a las criptomonedas.

[2] El Comisionado de la NFL tiene un paquete de compensación superior a 100 millones de dólares.

[3] El lector podría ubicarlo más fácilmente si piensa en una hoja de cálculo de Excel y claro una plataforma de internet donde se realizan las operaciones.

[4] De hecho, las empresas de corretaje ya usan codificaciones complejas mediante algoritmos matemáticos para realizar compra-venta de valores. Los bancos comerciales también los usan, por ejemplo, con la dispersión de nominas en días en que nadie trabaja.

[5] Esto sería como si te entregaran un cheque sabiendo de antemano que la cuenta corriente tiene el saldo suficiente. Pero, de hecho, es aún más seguro que eso, porque en el smartcontract no hay cargos en tránsito que pudieran afectar el pago efectivo de la transacción.

* Las opiniones vertidas en las notas son responsabilidad de los autores y no reflejan una postura institucional