Escrito por: Sara Guadalupe Cardoso Sánchez
Docente del Doctorado en Educación
mayo 24, 2017

Hablar de educación es referir uno de los indicadores de desarrollo social considerado como factor potencial de los países y, en consecuencia, en beneficio de sus pobladores. En las últimas tres décadas, a nivel internacional, organismos como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura; el Banco Mundial; el Banco Interamericano de Desarrollo; el Fondo Monetario Internacional, y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico han propuesto foros y conferencias y establecido acuerdos entre las naciones, a fin de rescatar la calidad de la educación, particularmente en los países en vías de desarrollo, otorgando apoyo financiero y en el orden de procedimientos de logística tanto jurídicos como a través de la implementación de políticas, acompañamiento, evaluación y seguimiento en el orden operativo de éstas, traducidas a reformas de orden estructural.

La calidad de la educación, entendida como el impacto positivo que la gestión en las escuelas ejerce sobre los depositarios del servicio, los alumnos, debe traducirse en buenos resultados académicos, acordes a los estándares curriculares previstos en los planes y programas  de estudio de la educación básica en sus diferente modalidades, los cuales se obtienen mediante evaluaciones externas aplicadas por los organismos referidos como parte de los procesos de seguimiento, acompañamiento, evaluación y rendición de cuentas.

En el entendido que la evaluación es un procedimiento sistemático y sistémico que proporciona información a partir de la cual se aprende sobre el objeto evaluado, que permite conocer resultados para hacer el comparativo y emitir un juicio de valor acerca de algo, que en este caso es la calidad de la educación, es a partir de los resultados que será posible tomar decisiones, delinear estrategias, fortalecer e implementar acciones de mejora, con el propósito de entender  y atender la naturaleza del nuevo modelo educativo que presentó el secretario de Educación Pública, maestro Aurelio Nuño Mayer y que forma parte de las reformas estructurales que en el terreno de la educación se dieron a conocer como acuerdos de orden internacional a través del documento intitulado Acuerdo de cooperación México-OCDE para mejorar la calidad de la educación de las escuelas mexicanas, una muestra de las acciones, acuerdos, documentos y prescripciones que se han realizado al respecto.

En el documento referido se hacen recomendaciones en el rubro de la evaluación e incentivos para los docentes, por lo que se aprecia que el docente es el protagonista del proceso educativo. Basta con voltear la mirada hacia el Acuerdo Nacional para la Modernización Educativa, de finales de la década de los 80, en el cual se destaca que una característica de la educación moderna es la calidad y que para lograrla es necesario revisar los contenidos, renovar los métodos, privilegiar la formación de maestros, articular los diversos niveles educativos y vincular los procesos pedagógicos con los avances de la ciencia y la tecnología.

Es posible abordar la complejidad del acto educativo desde diferentes aristas, en el caso del nuevo modelo educativo se hace desde cinco ejes: escuela, planes de estudio; maestros, inclusión y equidad y gobernanza del sistema educativo.

En estos cinco ejes se concreta la complejidad de la educación, pues al ser el acto educativo  polifacético, resulta limitado abordarlo desde uno solo. Destacan los protagonistas que lo hacen posible: profesores, directivos, asesores, maestros de actividades curriculares, alumnos, padres de familia y la comunidad en general; asimismo, los insumos. Respecto de la calidad, ésta se refiere a la eficiencia de los recursos otorgados, que deben ser suficientes, pertinentes y relevantes; por ello, la existencia de las “Escuelas al CIEN”, que tratan del equipamiento, la infraestructura y la optimización de los recursos y materiales, incluyendo el tiempo destinado a la educación.

Otro rubro de la calidad en la educación es la eficacia, que corresponde a los planes y programas, a las metodologías, a los procedimientos evaluativos como parte del seguimiento y a qué tan efectivos son los contenidos con los que se forma a las nuevas generaciones. Es decir, si existe relación y significado entre los contenidos y la vida cotidiana de los alumnos en cuanto a lo práctico.

Por su parte, la equidad es determinante desde la Declaración mundial sobre educación para todos (Tailandia, 1990), que contempla la equidad como un derecho inalienable de los seres humanos. Esto conlleva un aspecto que destaca en el nuevo modelo: “la inclusión y la equidad”, que atienden al eslogan de la Conferencia, “educación para todos”, el cual considera la situación, la necesidad y las características de cada uno de los sujetos beneficiados por esta garantía.

Finalmente, está la gobernanza, es decir, la participación de la sociedad en los procesos educativos de las nuevas generaciones a través de la conformación de las Asociaciones de Padres de Familia, en la educación básica en sus tres modalidades y cuya conformación se realiza atendiendo a la ordenanza emitida por la Secretaría de Educación Pública y que, a partir de las nuevas formas de gestión de las escuelas, se complementa con la integración de los Consejos Escolares de Participación Social. Ambas agrupaciones representan a la comunidad en la que se encuentra inserta la institución educativa acompañando los procesos y desempañando ciertas funciones bien definidas en los manuales que las rigen.

Como puede apreciarse, el nuevo modelo educativo es un producto inconcluso, dialéctico, de la línea del tiempo de las políticas públicas educativas de México demandadas y asesoradas por organismos internacionales interesados en el desarrollo del país y de su población, pero definitivamente esto no es nuevo, se ha implementado y ajustado desde hace tres décadas. El cambio de la sociedad y, por ende, sus necesidades no permiten contar con un producto terminado, pues la estructura definirá aquello que deba ser más conveniente para enfrentar los nuevos retos de formación de las nuevas generaciones que les permitan la inserción exitosa a los sectores productivos profesionales, los cuales contribuirán a su desarrollo social traducidos a una  vida con calidad.

Para saber más

Acuerdo Nacional para la Modernización Básica: Diario Oficial. Martes 19 de mayo de 1992. Consultado en: http://dof.gob.mx/nota_to_imagen_fs.php?codnota=4666820&fecha=19/05/1992&cod_diario=201041

UNESCO (1990). Declaración Mundial sobre Educación para todos. Marco de acción para satisfacer las necesidades básicas de aprendizaje. Nueva York: Unesco.

OCDE (2010). Acuerdo de cooperación México–OCDE para mejorar la calidad de la educación de las escuelas mexicanas. OCDE.

SEP (2017). Modelo Educativo para la Educación Obligatoria. México: SEP.

SEP (2010). Programa escuelas de Calidad. Módulo I Modelos de Gestión Educativa Estratégica. México: SEP.

* Las opiniones vertidas en las notas son responsabilidad de los autores y no reflejan una postura institucional