Escrito por:

octubre 26, 2017

De acuerdo con la Revista Peninsular, en días pasados, el alcalde Mauricio Vila anunció que el Ayuntamiento de Mérida, Yucatán, recibió por primera vez la certificación Destino CMS (Certified Meetings Specialist, Certificación de Especialización en Turismo de Reuniones), como resultado de la aplicación de un curso especializado a 120 prestadores de servicios turísticos de la capital yucateca promovido por la Dirección de Turismo y Desarrollo Económico de la Comuna.
El certificado, diseñado y otorgado por la firma Latinoamérica Convenciones que dirige Fernando Compeán Martínez Sotomayor, permitió a estos prestadores de servicios capacitarse a fondo en la comprensión de la cadena de valor de este segmento turístico que durante los últimos seis años ha duplicado su actividad en Mérida al pasar de 13 congresos y convenciones anuales en el 2012 a 26 en lo que va del 2017.

Cabe mencionar que la certificación tiene el respaldo de diversas asociaciones y de nuestra casa de estudios la cual, desde 2009, avala la CMS, lo que ha permitido el establecimiento de una mayor vinculación con el sector empresarial del segmento de grupos y convenciones y ha hecho que más de tres mil profesionistas se certifiquen a escala nacional e internacional.

Asimismo, es oportuno señalar que, a principios del año en curso, se firmó un convenio de vinculación  con el cual, en palabras del licenciado Compeán, la UIC “probablemente es una de las universidades con más visión en el tema del turismo de reuniones. La UIC ve con claridad que esta industria crece y se fortalece cada vez más; visualiza que sus alumnos podrán colocarse en ella al salir mejor preparados y ser más competitivos”. De ese modo, nuestros futuros turistólogos se certifican en CMS, en CCM y tendrán acceso a la plataforma digital rapidXpert.com (pronto en el mercado) y los docentes tendrán a su disposición material útil y práctico. Con ello, nuestros estudiantes requieren menor curva de aprendizaje al ser contratados por las empresas turísticas (a esto en la academia le llaman tuning; es decir, la alineación de la realidad con la teoría).

* Las opiniones vertidas en las notas son responsabilidad de los autores y no reflejan una postura institucional