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diciembre 5, 2017

La opinión más extendida sobre la aparición de las lenguas modernas establece que éstas habrían surgido entre 80 000 y 60 000 años antes de nuestra era; sin embargo, ni los antropólogos ni los lingüistas han podido  esclarecer con bases sólidas el origen de las lenguas. Para algunos, en los albores de la historia, la humanidad expresaba sus ideas a través de una lengua común, desarrollando así la teoría de la monogénesis. Otro grupo se coloca en las antípodas de esta corriente al afirmar que las 6 000 lenguas actuales no descenderían de una lengua única. Este segundo grupo adhiere  a la teoría de la poligénesis la cual esgrime que las lenguas se habrían desarrollado después de la dispersión de los grupos de Homo sapiens. Por otra parte, los relatos bíblicos, a menudo tomados como elementos de historia no oficial, refieren que la cohesión proveída por el monolingüismo original derivó en plurilingüismo, como un castigo de ciertas entidades celestiales a esos humanos que habían decidido construir la Torre de Babel para alcanzar los cielos.

El hecho ineludible es que la humanidad ha vivido en el plurilingüismo por decenas de miles de años, con la subsecuente separación a resultas de las dificultades de la aparición de tantas lenguas. El deseo de una mayor cercanía entre pueblos, naciones y  culturas ha llevado a diversos intentos de unificación. De esa manera, a finales del siglo XIX, el geógrafo francés Onésime Reclus introdujo el término “francofonía” para designar el “conjunto de personas que utilizan el francés como lengua materna o segunda lengua”. Visto con tintes colonialistas, el término cayó en el olvido hasta inicios de los años 1960. Es en 1962 que el presidente del Senegal y hombre de letras Leopold Sédar Senghor lo revigoriza escribiendo: “La francofonía es este humanismo integral que se teje alrededor de la tierra, esta simbiosis de las energías durmientes de todos los continentes, de todas las razas, que se despiertan a su calor complementario”.

Actualmente, la Organización Internacional de la Francofonía, nacida en 1970, cuenta 77 estados y gobiernos (57 miembros y 20 observadores) repartidos en los cinco continentes. La OIF persigue el objetivo primordial de “construir un espacio de solidaridad en los principios del humanismo, de la democracia y del respeto a la diversidad de las culturas y de las lenguas”. Trabajando conjuntamente con la comunidad internacional, esta organización obra para reforzar el estado de derecho y para fomentar el respeto de los derechos humanos. Igualmente, la OIF concede una importancia particular a los jóvenes, a las mujeres así como al acceso a las nuevas tecnologías.

A través de sus continuos esfuerzos con las administraciones locales, la OIF favorece el desarrollo económico sustentable acompañando la realización de proyectos fuentes de ingresos y empleos en varias zonas marginadas alrededor del mundo. La OIF, mediante programas de apoyo a escritores, cineastas, músicos, artistas plásticos y creadores de arte numéricos, impulsa también la cultura en el los entornos francófonos.

 Referencias:

http://www.axl.cefan.ulaval.ca/monde/origine-langues.htm

http://humanidades.uprrp.edu/francofonia/historia.html

http://www.frontenac-ameriques.org/la-francophonie-en-amerique/article/qu-est-ce-que-la-francophonie

Autor: Jean Higuey Sully, profesor de la Lic. en Traducción.

* Las opiniones vertidas en las notas son responsabilidad de los autores y no reflejan una postura institucional