¿Quién de nosotros no se ha sentido fracasado por un rechazo? Por un amor, un trabajo, una universidad o una beca. Sea como sea, esa situación alguna vez nos ha llevado a decir “soy un fracaso”.
Cuando ese pensamiento llega, el ánimo se viene abajo, nos invade la tristeza. Sentimos que el mundo se acaba y que ya no habrá futuro, porque el rechazo es muy duro.
Definición de fracasado
De acuerdo con su etimología, fracasado significa “quebrado en pedazos”, tanto en sentido físico como emocional. El rechazo nos hace sentir, literalmente, destrozados.
Pero es interesante la relación que algunos establecen con las letras –cas- del término, porque lo emparenta con sacudir. Según la Real Academia Española, este verbo significa “agitar algo con violencia para quitarle el polvo”. Interesante, ¿no crees?
Los llamados fracasos no son otra cosa que acontecimientos de la vida para sacudirnos. Imagina que vas por la calle y algo te hace tropezar. Sorprendido, con dolor —y pena—, seguro te pones de pie y limpias el polvo. Luego retomas el camino y tienes mayor cuidado con el lugar que pisas.
Así debe pasar con los rechazos: sorprenden —aunque a veces los esperamos o tememos—, nos duelen y avergüenzan. Pero también son una oportunidad para mejorar nuestro viaje por la vida.
Nada es para tanto
Entonces, dejemos atrás el drama para fijar la mirada en lo que está por delante. Parece difícil cuando hay dolor, pero puede lograrse con ayuda de algunos consejos.
1. Conecta con tus sentimientos
Es importante dejar fluir tus emociones, el dolor, el llanto; sin embargo, es aún más importante no quedar indefinidamente en ellas. Date un tiempo para sentir el rechazo, pero levanta pronto la mirada.
Pregúntate si en verdad estabas dispuesto a entablar una relación amorosa formal. Piensa si el trabajo al que aspirabas realmente llenaba tus expectativas. Averigua si la carrera por la que concursaste es la que se acomoda a tu vocación.
2. Acepta el rechazo
A todo mundo le pasa, ya lo sabemos, pero es esencial que lo comprendas bien. Para ello, vete a ti mismo como si fueras otra persona y eso le restará fuerza a la emoción. Estas experiencias son parte de la vida y nos permiten aprender de ellas.
3. No te culpes
Esto es básico. No te sientas en falta. Las razones del rechazo se deben a diversos factores:
- Si una persona no acepta tu propuesta amorosa, tiene que ver con sus intereses personales, no contigo.
- Si no te contratan porque no cubres un cierto perfil, quizá ese trabajo no sea el que tú necesitas.
- No ser aceptado en cierta universidad o no obtener una beca tiene que ver más con el número de solicitantes.
4. Olvídate de lo que piensen los demás
No te ayuda pensar en el qué dirán. Todos hemos pasado por ese trago amargo, así que nadie puede juzgarte como un fracasado.
Tal vez el rechazo escolar sea más incómodo que los de otro tipo, pues es de dominio público. Es más fácil que nuestro círculo sepa que fuimos rechazados por una escuela que por un amor o un trabajo.
Sin embargo, es posible que no tenga que ver contigo, sino con la demanda de la universidad para la que concursaste. Por ejemplo, en 2017, la UNAM pudo recibir sólo a 8.6 por ciento de los aspirantes a licenciatura. No quedaron fuera los “malos”, sino los que no tuvieron cupo.
5. Vuelve a intentarlo
No dejes que te venza el desánimo e inténtalo de nuevo. Pero no te empeñes en buscar siempre en los mismos sitios, a menos que haya una razón muy específica.
- Frecuenta otros círculos y busca nuevas amistades; tal vez ahí encuentras al amor de tu vida.
- Piensa en otras posibilidades de trabajo; es posible que estés reduciéndolas por temor o desconocimiento. Un pedagogo, por ejemplo, tiene oportunidades que ni siquiera has imaginado.
- Busca qué otras universidades imparten la licenciatura que te interesa. Revisa su oferta, porque pueden brindarte un extra en tus estudios. Los cursos de idioma, las prácticas profesionales, los intercambios académicos y la misma ubicación influyen de manera determinante en tu carrera.
No soy un fracasado
Cuando una puerta se cierra, mirar alrededor nos permite comprobar que hay muchas otras abiertas. Vencer los obstáculos —como la tristeza y el miedo— nos hace confiar más en nosotros mismos, y eso nos encamina a la conquista de nuestros deseos.
Para saber más:
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Intercambio académico, Universidad Intercontinental, disponible en https://www.uic.mx/intercambio-academico/testimonios/
Teresa Moreno, “Sólo 8.6% de aspirantes a la UNAM se quedaron”, El Universal [en línea], 27 de marzo de 2017. Disponible en http://www.eluniversal.com.mx/articulo/nacion/sociedad/2017/03/27/solo-86-de-aspirantes-la-unam-se-quedaron
Diccionario etimológico [en línea]. Disponible en http://etimologias.dechile.net/?fracasar
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