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Revista

Opinión | México, sin políticas públicas para emprender

El emprendimiento ha formado parte del discurso gubernamental en México, sin embargo, el actual ecosistema emprendedor no lo favorece. 

Por Noé Moctezuma Medina,

Director de posgrados en innovación empresarial para la competitividad de la Universidad Intercontinental

 

Las políticas públicas están lejos de impulsar la incursión y competitividad en nuevas industrias a nivel internacional; el financiamiento para PyMES es de los más caros del mundo y pedir préstamos bancarios no es financieramente viable para las pequeñas empresas.

La idea del emprendimiento en México no es mala sino que está mal planteada; carecemos de políticas públicas óptimas para lograrlo.

Aunque en distintas etapas se han dado apoyos desde el sector público, son insuficientes y de estrecha visión; ello explica por qué buena parte de las nuevas PyMES cierra en los primeros años de vida.

 

TRES DATOS AL RESPECTO

  1. De acuerdo al estudio de 2016 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupa el lugar 28 entre 30 países con tasas de interés promedio de 9 y 10% por financiamiento a las PyMES, mientras que en países como Francia son del 1.5%.
  2. El reporte 2018 del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) califica con 2.4 el factor del financiamiento a emprendedores, en un rango del 1 al 5, donde 5 es el puntaje más alto y 1 el más bajo.
  3. Para 2019, el Fondo Nacional de Emprendedor (FNE) tenía recursos aprobados por la Cámara de Diputados por 659.4 millones de pesos. Para 2020 (pese a su desaparición), el presupuesto proyectado es de 124.8 mdp, cinco veces menor al del año anterior.

El gobierno actual seguirá dando créditos para papelerías, neverías, estéticas, cafeterías, taquerías, pero falta reflexionar sobre la saturación de los mercados al abrir tantos negocios de lo mismo.

Las políticas públicas son esas súper carreteras encaminadas a desarrollar nuevas industrias que permitan crear negocios distintos, generadores de empleos con mejor futuro.

Otro campo de oportunidad es la formación desde las aulas;  el GEM 2018 reporta el factor ‘Educación para emprender en la etapa escolar” con una calificación solo de 1.88% (la máxima es 5).

Diversas universidades públicas y privadas han tomado el compromiso de impulsar el emprendimiento mediante centros especializados, incubadoras de negocio y actualización en planes de estudio para la creación de startups y nuevas empresas.

El emprendimiento ha evolucionado: es una necesidad y una oportunidad. Hace 40 años no se hablaba del concepto emprendedor como tal, pero dos décadas atrás –cuando el gobierno ya no podía promover un crecimiento como antes– comenzó a crear e impulsar a las incubadoras.

Sin embargo, es necesario replantear las políticas de Estado hacia una perspectiva macro con visión de futuro para alcanzar resultados, inculcar una cultura de emprendedores desde la educación primaria y desarrollar industrias de alto impacto que nos diferencien, como las ciencias de la vida, cómputo cuántico, electrónica básica y avanzada, software para datos, BIG DATA, etc., como lo han hecho India, Israel y Taiwán destacados en software, finanzas y farmacéutica.

También, valdría considerar al emprendimiento como una profesión e impulsar habilidades multidisciplinarias. En los últimos tres años he visto evidencia empírica acerca de cómo el conjuntar diferentes perfiles y profesiones, aumenta las posibilidades de éxito.

Las opiniones de este artículo son responsabilidad del autor e independientes de la línea editorial y postura de Fortune en Español.

 

Fuente: https://www.fortuneenespanol.com/opinion/opinion-mexico-sin-politicas-publicas-para-emprender/

 

 

* Las opiniones vertidas en las notas son responsabilidad de los autores y no reflejan una postura institucional