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febrero 22, 2017

El emprendimiento social constituye una alternativa para resolver problemas sociales y dar  un nuevo sentido a las dificultades del trabajo cotidiano de las personas.

Por Karemm Danel |

El emprendimiento social es un movimiento que instaura innovaciones en las estrategias de trabajo y los modelos de negocio e impacto para el desarrollo de emprendimientos, rompiendo con  el paradigma de trabajar para ser ricos resolviendo problemas y después pensar en ayudar. Se trata de una alternativa que busca resolver problemas sociales y dotar de un nuevo sentido el trabajo cotidiano de las personas respecto de las dificultades que les aquejan, privilegiando el interés social desde tres dimensiones: lo económico, lo ambiental y lo cultural, con el propósito de logar un verdadero impacto social. Al mismo tiempo, busca coadyuvar mediante apoyos financieros, estructurales, técnicos, logísticos y de capacitación a quienes contribuyan en la reestructura del tejido social y el sentido de solidaridad, explica la maestra Mayela Limones, quien encabeza la Coordinación General de Impulso Social y Empresarial de la Universidad Intercontinental (UIC).

Hoy en día es constante el crecimiento de las iniciativas de emprendimiento sustentable y escalable que requieren mejores estrategias  y procesos de investigación en las áreas de mercadeo, comercialización, distribución, promoción  y estrategia financiera aplicadas a la innovación para el desarrollo, sin dejar de lado el fomento de valores propios de la alteridad y la solidaridad

Entre las problemáticas que resuelve el emprendimiento social se encuentran las relacionadas con la salud, la vivienda, el trabajo, la educación, el acceso a servicios, el desarrollo comunitario, la movilidad y la inclusión laboral.

Ahora bien, el impacto social y financiero que persigue este tipo de emprendimiento es que sea autosostenible y solidario, a la vez que da cabida a un horizonte de desarrollo familiar, comunitario y local.

Quienes deseen iniciar con un proyecto de esta índole es importante que se planteen una misión, objetivos y valores propios de los beneficiados del lugar donde se busca intervenir y generar los proyectos innovadores y conducentes. Incluso, asistir a los eventos en los que se discute y promueve el tema, útiles para ubicar experiencias exitosas o encontrar aliados para financiar sus emprendimientos.

Se recomienda establecer alianzas o redes de colaboración con los sectores productivos, financieros, tecnológicos, de desarrollo y capacitación, así como con grupos de influencia que podría tener interés e incidencia en la problemática y en el lugar donde se pretende actuar.

Asimismo, la generación de proyectos por fases con alcances definidos y claros permitirá reinventarse en todo momento, lo cual requerirá de una capacitación constante y una visión de empoderamiento social y solidario, desarrollo sostenible y sustentable y de crecimiento innovador dentro de la comunidad.

Valerse del networking también facilitará el trabajo y permitirá la interacción con otros emprendedores o contactos comerciales, ya sean proveedores o clientes o productos; a la vez que permite publicitar entre desconocidos el proyecto y amplía las posibilidades para establecer alianzas estratégicas que generan sinergia en los proyectos sociales, y coadyuva en la reproducción del desarrollo en otros lugares y condiciones similares.

El uso de tecnología también facilitará los procesos cuando se aplique conforme a los requerimientos propios del proyecto y del lugar o bien en la innovación de implementaciones de la propia tecnología que pueden ser ejemplares y representativas para problemáticas similares.

Entre los errores más comunes en el proceso de emprendimiento es posible encontrar que:

  • No se empodera  ni capacita a los sectores que se pretende beneficiar, con el objetivo de que le den continuidad y propicien el desarrollo de su comunidad.
  • Los proyectos no trascienden como una propuesta de valor, sino como una propuesta  de infraestructura o de trabajo.
  • Son proyectos que se utilizan con fines políticos.
  • Los emprendedores carecen de los recursos y las alianzas necesarias.

 

¿De qué manera apoya la UIC a los alumnos emprendedores?

La UIC inició un proceso para desarrollar la cultura del emprendimiento entre los jóvenes universitarios. Este modelo exprofeso, conformado por una etapa de diagnóstica, sensibilización y desarrollo de la cultura emprendedora, se acompañará de expositores, capacitación y testimonios de emprendimiento consolidados y exitosos, vinculando iniciativas sociales y  comunitarias en las que  los estudiantes podrán llevar a cabo sus implementaciones guiadas.

Por ello, Mayela Limones les aconseja que se preparen, sensibilicen, tengan paciencia, se enfoquen en los resultados y que tengan un profundo y genuino interés en hacer la diferencia y visión con valor solidario.

La institución cuenta con dos asignaturas que se impartirán en este 2017:

  1. Cultura Emprendedora.

El estudiante diseñará un proyecto a partir de un diagnóstico y evaluación de su entorno social, económico y cultural y del desarrollo de habilidades emprendedoras para generar propuestas de soluciones al contexto actual en su ámbito profesional.

  1. Desarrollo Emprendedor.

El estudiante desarrollará un modelo de negocio para un producto o servicio a partir de la definición de la visión empresarial, de la construcción de estrategias innovadoras de negocio aplicando el método Canvas para la creación de un proyecto autosustentable de impacto económico y social en su ámbito profesional.

Asimismo, se considera que las prácticas universitarias vía proyectos y el servicio social son lugares idóneos para ejercer este tipo de cultura.

* Las opiniones vertidas en las notas son responsabilidad de los autores y no reflejan una postura institucional