En un mundo donde la violencia y la discordia a menudo parecen prevalecer, es imperativo que sigamos empeñados en reconstruir el tejido social, buscar la justicia, pacificar las zonas de violencia y brindar atención a las víctimas. La paz no solo es la ausencia de conflictos, sino la búsqueda de un estado de justicia y reconciliación.
La búsqueda de la justicia implica reconocer y abordar las desigualdades, la corrupción y la impunidad que a menudo subyacen en los conflictos.
Es un deber ciudadano trabajar en la creación de sistemas justos que protejan los derechos humanos y promuevan el bienestar social propio del bien común. Sólo a través de la justicia podemos sentar las bases para un futuro pacífico y próspero.
Tenemos que prestar atención a las zonas de violencia y conflicto. Ser conscientes de aquellas periferias de la sociedad, donde la paz es más necesaria. Reconocer la valentía de quienes arriesgan su vida en búsqueda de la pacificación, brindando asistencia y apoyo a aquellos que han sufrido las consecuencias de la violencia y el odio.
En este marco previo al Día Internacional de la Paz 2023 y a la Jornada del Diálogo Nacional por la Paz que se llevará a cabo en Puebla mañana, llegó la hora de que nos unamos como un frente unificado, comprometidos con la reconciliación y la construcción de la paz. No podemos ignorar las heridas del pasado, pero debemos sanarlas juntos, reconociendo el valor y la dignidad de cada ser humano, sin importar su origen étnico, religión o estatus social.
Agradecemos y honramos la presencia de nuestros invitados, pues los testimonios son faros de esperanza y compasión que nos inspiran a unirnos a la noble causa de la paz. Esta intención pacificadora comienza en el corazón de cada individuo y se propaga a través de acciones concretas en cada uno de nuestros ámbitos.
Reconstruyamos nuestro tejido social, busquemos la justicia, ayudemos desde nuestros alcances a la pacificación de las zonas de violencia y brindemos atención a las víctimas. En un mundo dividido por la polarización, codicia y violencia, nuestra unidad y compromiso pueden marcar la diferencia. Juntos, podemos construir un futuro en el que la paz prevalezca sobre la discordia, y donde el amor y la compasión sean nuestra guía.