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Escrito por: Dulce María Quiroz Bustamante
Docente de la Licenciatura en Traducción, Localización e Interpretación
enero 23, 2023

La propuesta de traducción de Irene Selser me parece una oportunidad extraordinaria para establecer una discusión en torno a la naturaleza de la traducción. Al leer el libro que ahora presentamos, disfruté mucho de estas distintas versiones que se han generado en torno al Soneto en ix de Stéphane Mallarmé.

Leer el texto original y sus traducciones nos arroja a la complejidad de las lenguas y, tal vez, a su intraducibilidad. En este sentido, quisiera establecer un puente con Walter Benjamin, un autor fundamental para el pensamiento crítico, a través del emblemático escrito La tarea del traductor.

Benjamin nos habla de la traducción como una forma adversa. Una forma que nos hace regresar al original, que contiene la ley y, al mismo tiempo, la posibilidad de su traducción.

En el original subyace así el germen de la traducibilidad.

Obstáculos que enfrenta el traductor

Diversos aspectos fascinantes se desprenden de la reflexión sobre la traducción del Soneto en ix. El carácter simbólico del poema, aunado a la forma del soneto, son tal vez los primeros obstáculos a los que se enfrenta un traductor. En el caso de textos canónicos, se suman, además, las traducciones emblemáticas que podrían representar una limitación al momento de intentar una nueva propuesta. En este sentido, Irene hace un excelente recorrido por los caminos que ha pasado este poema en relación con sus traducciones. Si bien es cierto que la presencia de Octavio Paz como traductor se vuelve hegemónica, Irene acepta el reto de crear una nueva propuesta de traducción, abriendo una nueva vía en la que, una vez más, la traducción dialoga con su original.

Quiero señalar que, si bien Paz se refirió a la no satisfacción que le causaba su propuesta y al deseo de escribir una diferente, Benjamin se refiere, antes de 1939, a la imposibilidad de concebir el original como una esencia inamovible. Para él, el original se modifica a través de su supervivencia. Por esta razón, afirma que una traducción ya no significa nada para el original, aunque, evidentemente, mantiene una relación con él.

En este desprendimiento del original, vale la pena señalar las dificultades de traducción que ha presentado el Soneto en ix. Desde el original, el poema es una forma encriptada que se resiste a la descodificación. Aquí, salta a la vista la dificultad léxica. Sobre este nivel de complejidad, Benjamin insiste en la inutilidad de concebir la traducción como una ecuación simple donde se ponen en juego dos lenguas diferentes.

El gran reto de la traducción

El gran reto consiste en no explicar aquello que parece intraducible, la complejidad del planteamiento poético. Las palabras adquieren una fuerza mayor al opacar su sentido. ¿De qué ropajes se reviste esta angustia enunciada por el poeta? ¿El traductor debería agotar el sentido del poema antes de traducirlo? ¿Qué tanto el traductor, situado desde fuera, puede comprender esto que llamamos esencia poética? Y, en cuanto a la estructura, ¿qué hacer con la forma del soneto? La discusión quizá ya no radica en conservar o no la rima. Esta es la primera pérdida de la apuesta por la traducción.

El Sonnet en yx lleva a cuestas la fortuna de la rima. La musicalidad de yx nos lleva de la mano por una camino sonoro. Tal vez, no nos damos casi cuenta de que una palabra extraña: ptyx, nos lleva de vuelta al vacío, al silencio. Ptix es una palabra enigmática cuyo vacío se ha tratado de llenar a través de la traducción. Entonces podemos constatar, de acuerdo con Benjamin, que la traducción se ha desprendido de su original. Ptyx es caracola, conca, ptixo, en las diferentes versiones que podemos leer.

Sobre el significado en la traducción

¿Hay un significado verdadero para ptyx?, ¿qué es ptyx? Cada traducción tiene su propia carga semántica para el término. ¿Quién tiene la verdad? Desde la erudición, se intenta llenar el vacío con las referencias a la lengua griega. Hay una necesidad de legitimar ese decir otro que es la traducción. Desde un espacio sonoro, la palabra parece llevarnos más a un vacío donde, a la vez, pueden albergarse todas las sonoridades, en un espacio condensado. Al fijar la traducción como caracola, Irene nos remite al origen sonoro de las palabras. ¿Quién tiene la última palabra en traducción, cuando no hay un dios de la traducción?

En cualquier caso, en cada versión permanece un hueco, un punto de fuga que nos permite hacernos preguntas sobre el significado y la naturaleza de la traducción, sobre la resistencia de ciertos textos a ser traducidos. Posiblemente, esta última es la aventura más fascinante. El no decir, el silencio, pueden parecer amenazantes, sobre todo para quienes se definen a partir de las certezas.

Desde mi perspectiva, el Sonnet en yx se despliega como un gran tablero espacial y sonoro donde podemos desplazarnos, a través de ptyx, por diferentes significados. Entre todos ellos, la idea de pliegue parece darnos cierta textura rugosa y desigual. En esta posibilidad de diferencia, tal vez radica la esencia del poema. Por fortuna, no hay un sentido único.

Para saber más

Licenciatura en Traducción, Localización e Interpretación, Universidad Intercontinental



* Las opiniones vertidas en las notas son responsabilidad de los autores y no reflejan una postura institucional

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