Autor UIC

Escrito por: Instituto Intercontinental de Misionología

diciembre 5, 2019

Organizada por la Dirección Académica del Instituto Intercontinental de Misionología, se efectuó los días del 26 al 28 de noviembre y el 3 de diciembre el evento denominado “Jornada de vida religiosa” el cual tuvo como principales objetivos impulsar la presencia de las congregaciones religiosas a nivel universitario para dar a conocer sus carismas[1] y promover el encuentro y fraternidad entre comunidades religiosas.

En congruencia con el carácter integral de la educación, según el modelo educativo UIC, la presencia de las diferentes congregaciones que estudian en la UIC promueven la inserción de las personas en la comunidad y cultivan la formación de una conciencia responsablemente solidaria. También, recuerdan el sentido de trascendencia del ser humano en el mundo a la vez que revaloran a la persona como un ser que se forma al tiempo en que transforma el mundo desde su entorno inmediato. Invitando al ser humano a abrirse al Evangelio de Jesús como proyecto de vida. Y esto, lo hacen desde la diversidad de sus carismas.

La Jornada de vida religiosa estuvo dirigida a toda la comunidad estudiantil y a toda persona interesada en conocer los carismas que enriquecen a la Iglesia y que están presentes en la UIC. En cierto sentido, se dirigió a toda la universidad para manifestar la importancia de impulsar la inspiración cristiana, principio rector de nuestra casa de estudios.

Cabe señalar que aproximadamente 240 estudiantes de bachillerato participaron de las exposiciones de las congregaciones religiosas.

El día 3 de diciembre, para concluir con la Jornada de Vida Religiosa, se llevó a cabo una convivencia entre los estudiantes de Filosofía y Teología y todos los que conforman el Instituto Intercontinental de Misionología.

La convivencia inició con la celebración de la Eucaristía presidida por el padre Julio Alberto Álvarez Díaz, Sch. P., y concelebrada por los padres formadores de las diferentes congregaciones religiosas que estudian en la UIC. El padre Julio Alberto Álvarez enfatizó en la homilía que la multifacética acción del Espíritu ha dado a la Iglesia el conocimiento objetivo y concreto de la decisión del amor de Dios providente en su plan de salvación al mundo a través de los diversos carismas y que, para servir a los débiles y frágiles, es necesario reconocer primero la acción de la ternura de Dios en nuestra vida y cómo Dios trata con amor nuestras propias debilidades. Esto, con miras a provocar una misión decidida y una colaboración con el plan salvífico de Dios en el mundo. Asimismo, invitó a los asistentes a ser dóciles a las mociones del Espíritu Santo y a asumir de manera decidida, a inicios del tiempo litúrgico de adviento, tres actitudes, las cuales ayudan a interiorizar el asombro del Poder de Dios en nuestra vida: a) No vivir bajo apariencias, pues esto mata el espíritu, dilata el encuentro profundo y auténtico de amor y servicio entre nosotros. La fachada sólo representa que nuestras acciones parten de un corazón vacío, y a su vez grita en voz alta, ser profundamente amado. b) La fraternidad, en tanto que nos despierta del individualismo y de la indiferencia. Ésta nos ayuda a compartir con profecía una nueva cultura del encuentro; de abajarnos a dar luz a los hermanos en la comunidad. Pues, precisamente, un signo del Reino y de la misión de los carismas en el mundo es la fraternidad, la tolerancia, el diálogo, el compartir, el perdón, la reconciliación. Y finalmente, c) vivir con humildad y simplicidad auténtica, ya que no basta con la apariencia o poderes orgullosos, sino aquella simplicidad que brilla por su capacidad de unir a los sabios y entendidos con los pequeños, para que ambos estén al servicio del Amor, pues el misterio de la vida de Jesús entre nosotros hace brillar los ojos de nuestra alma con la simplicidad de la humildad.

Al finalizar la eucaristía, el padre David Félix Uribe García, director divisional del Instituto Intercontinental de Misionología, agradeció a las comunidades religiosas su esfuerzo y compromiso para la realización de la Jornada de Vida Religiosa y a los formadores su participación en la eucaristía.

Posteriormente, el encuentro deportivo, efectuado en un segundo momento de la convivencia, permitió que los estudiantes jugaran futbol y basquetbol con mucho ánimo. La convivencia concluyó con la comida en donde cerca de 130 estudiantes pertenecientes a las licenciaturas en Filosofía y Teología mostraron alegría al dialogar y compartir espacios más allá del salón de clases. También, nos honraron con su presencia el Ing. Raúl Navarro Garza, director general de Administración y Finanzas; el Lic. Martín Ramírez Chávez, director de Gestión De Talento, y el Lic. Juan Carlos Tirado Becerril, jefe del Departamento de Finanzas.

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[1] En el lenguaje común, cuando se habla de “carisma”, se entiende a menudo como talento, habilidad natural. En la perspectiva cristiana, sin embargo, el carisma es algo más que una cualidad personal, de una predisposición de la que se puede estar dotado: el carisma es una gracia, un don entregado por Dios Padre, a través de la acción del Espíritu Santo. Y es un don que viene dado a alguien no para que sea mejor que los demás o porque se lo merezca: es un regalo que Dios le hace, para que con la misma gratuidad y el mismo amor lo pueda poner al servicio de toda la comunidad, por el bien de todos.

 

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