La historia comienza con el preso número 46664 escribiendo a la luz de una vela después de un día de trabajos forzados. Lee y escribe las ideas que ha tenido tiempo de desenvolver durante tantos años de cárcel. La comida es peor que mala: una especie de puré de maíz que a veces se acompaña por unas cuantas verduras en mal estado.
Pasará 27 años en prisión, 18 de los cuales habrán transcurrido en una cárcel de alta seguridad. Las condiciones son terribles: malos tratos, golpes, gritos. Pero lo peor es su condición. Él, junto con sus compañeros, es un prisionero de segunda, porque es de piel negra.
A pesar de todo, este hombre, desde su celda, ha logrado lo que pocos en su país. Ha colaborado para que el régimen de Sudáfrica cambie la política de apartheid y todos los ciudadanos, blancos y negros, tengan los mismos derechos. Su nombre es Nelson Mandela y saldrá de la cárcel para ser presidente de su país.
Cambia tu realidad
¿Cuándo fue la última vez que decidiste cambiar lo que no te gustaba? ¿Cuándo fue la última vez que dijiste «no más de lo mismo» ante la mirada atónita de tus compañeros o familiares? ¿Cuándo, la vez que nadaste a contracorriente para alcanzar aquello que deseaste por sobre todas las cosas?
Al igual que la historia de Mandela, esa necesidad que nace de lo más profundo para modificar lo que no es bueno para ti ni para tu entorno tiene un nombre: ser agente de cambio. Y ésa es una de las principales características de pertenecer a nuestra comunidad y una razón para afirmar que somos orgullosamente UIC.
Este escrito es para recordarte lo siguiente: cambiar nuestra realidad es un reto que no todos quieren asumir ni mucho menos llevar a sus últimas consecuencias, porque para eso no hay horario ni descanso.
A la UIC siempre le ha interesado ayudar a sus estudiantes a creer que pueden cambiar las cosas y a impulsarlos para que lo hagan.
La comunidad te respalda
¿Te acuerdas de tus años de universidad? Aquí, en la UIC, conociste tal vez a los mejores amigos de tu vida, con quienes aprendiste el valor de la solidaridad y de la ayuda mutua; aquí diste los primeros pasos para ser el profesional que eres ahora.
No importa que hayas egresado hace un año, diez o treinta, la UIC siempre será la comunidad a la que perteneces. Por eso, nos importa que te mantengas en contacto con nosotros mediante los eventos de networking, los consejos de egresados o las invitaciones especiales. Tus opiniones y experiencias siguen nutriendo a nuestra universidad.
Líderes que se forman toda la vida
Como el preso 46664, las condiciones en que nos encontramos pueden ser difíciles o a veces parecen no tener salida; sin embargo, vemos las cosas diferentes: a pesar de la adversidad, sabemos que siempre es posible continuar hacia adelante.
Pero esto no ocurre por sí solo. Para reunir la fuerza del cambio, es necesario saber que nuestro aprendizaje únicamente terminará en nuestro último día. Buscamos autoformarnos para dar respuesta a las necesidades actuales.
Capacidad y arrojo
Por eso mismo, nos sentimos capaces de ofrecer valor a todo lo que hacemos. Y el concepto valor es amplio: valor económico, valor humano, valor social.
Un profesional UIC genera valor en cualquier ámbito en el que se desempeñe: el gubernamental, el privado o bien como emprendedores, como lo demuestra el éxito obtenido por nuestros egresados.
Actuar de forma ética y congruente
La situación actual en lo referente a lo económico, social, ambiental y político amerita una conocimiento del entorno y de la tecnología para resolver los problemas. La misma naturaleza del mercado de trabajo obliga a personas y organizaciones a ser más competitivas y a buscar nuevos caminos para mejorar.
Sin embargo, no basta aprovechar las oportunidades ni generar cambios sólo por hacerlos. Tomamos decisiones basándanos en los principios del bien común, lo cual conlleva grandes responsabilidades. Tratamos de pensar, actuar y hablar inspirados en el bienestar para todos.
Visión multicultural e interdisciplinaria
¿Por qué nos decimos multiculturales? Porque las fronteras del mundo se han acercado gracias al mundo digital. Esto nos mueve a la colaboración con personas de todo el mundo y a enfrentarnos a culturas y modos de pensar diferentes de los nuestros. Para movernos en estos contextos, debemos partir del respeto hacia el otro. Comprender que no obstante nuestras diferencias todos somos seres humanos libres para decidir y para opinar.
De igual manera, ser UIC quiere decir aprender a colaborar con personas de distintas profesiones y oficios, tratando de sacar lo mejor de cada uno para alcanzar los objetivos comunes.
Compromiso social y espíritu de servicio
Una de las principales preocupaciones de los miembros de la comunidad UIC es la acción hacia la realidad en la que nos encontramos. Somos conscientes de que todas nuestras acciones afectan, para bien o para mal, nuestro entorno y a las demás personas. Esto significa tomar nuestra responsabilidad en lo que nos corresponde.
Las acciones que tomamos no sólo nos beneficiarán de modo individual; por ello, es necesario asumir una actitud de servicio a los demás. La actitud de servicio es un rasgo que distingue a seres humanos excepcionales, porque consiste en una entrega generosa y en la ayuda espontánea.
Ser orgullosamente UIC suma un grupo de actitudes que, si observas con atención, podrás encontrar en tu actuar diario.
Si te gusta tomar el riesgo del cambio, de pensar distinto y de actuar en consecuencia, entonces eres orgullosamente UIC.