El martes 26 de abril se llevó a cabo en el Palacio de la Facultad de Medicina de la Ciudad de México la celebración del XXX Aniversario del Restablecimiento de las Relaciones Diplomáticas entre el Estado Mexicano y la Santa Sede-Encuentro Académico y Conmemorativo-“Laicidad Abierta y Religiosa, una Visión Contemporánea” al cual asistieron destacadas personalidades de la educación, la Iglesia católica, la cultura y la política entre las que sobre salen, desde luego, el Emmo. Señor Cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede; el S.E. Mons. Rogelio Cabrera López, arzobispo de la Diócesis de Monterrey y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el Emmo. Señor Cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo primado de México, y el secretario de Relaciones Exteriores del Gobierno de México, Marcelo Ebrard Casaubón.
Por parte de nuestra casa de estudios, estuvieron presentes integrantes del Instituto Intercontinental de Misionología encabezados por el director divisional, padre Javier González Martínez, MG, y el vicerrector, maestro Hugo Avendaño Contreras, quienes, junto con otros representantes de instituciones de inspiración cristiana, fueron testigos del mensaje de las autoridades eclesiásticas y de gobierno.
Entre otras importantes ideas, el cardenal Aguiar mencionó que siempre será necesario ofrecer instituciones de educación que permitan incorporarse activa y positivamente en la permanente construcción de la “siempre anhelada paz social” y monseñor Cabrera destacó que debe permitirse que cada persona viva según su conciencia contribuyendo a la construcción de una mejor sociedad y que “es fundamental que el Estado asegure un orden justo para todos sus integrantes para construir la casa común que todos deseamos”. “La libertad religiosa es un bien para los ciudadanos y no un escudo para proteger a los líderes religiosos”, dijo y aludió a la importancia de colaborar en conjunto. “Los obispos tenemos claro que no podemos hacer política partidista, pero como ciudadanos asumimos nuestra responsabilidad de participar en la vida política facilitando que todos tengamos un espacio”, aseguró.
Por su parte, Ebrard Casaubón aseveró que el Gobierno de México ha trabajado por causas comunes, como la dignidad de las personas, en conjunto con el Vaticano y el representante de la Santa Sede reiteró la relevancia de no confundir la libertad de culto con la libertad religiosa. “La Iglesia católica es una valiosa colaboradora de los estados. La laicidad positiva reconoce mutuamente el papel de los valores que cada uno ofrece a la sociedad […] Los retos a futuro deben verse como una oportunidad de trabajar juntos, un camino en común para dar esperanza”, especificó e hizo mención del mensaje guadalupano como un ejemplo de inculturación. Por último, subrayó la trascendencia de crear una cultura de diálogo y de solidaridad.