El análisis de mordeduras es uno de los temas más mencionados dentro de la odontología forense, pero también uno de los que más dudas genera por su complejidad y sus controversias. Una mordedura aparece cuando una persona muerde o jala la piel en un contexto de agresión o defensa.
Debido a que cada individuo tiene una dentición con formas, tamaños y posiciones particulares, algunas de estas características pueden quedar impresas en la piel, permitiendo compararlas con la dentadura de un sospechoso. Sin embargo, aunque en ciertos casos las coincidencias pueden ser claras, este tipo de estudio requiere precisión y debe realizarse con cautela.
El análisis de mordeduras se ha utilizado en investigaciones de violencia física, abuso y homicidios, convirtiéndose en un recurso valioso cuando se documenta de manera correcta. No obstante, también presenta limitaciones que han generado debates en el ámbito legal y científico. Por ello, conocer su utilidad, su alcance real y sus límites es fundamental para su uso adecuado dentro del proceso jurídico.
Análisis de mordeduras y características clínicas
El análisis de mordeduras comienza por identificar la forma general de la lesión. Las mordeduras humanas suelen mostrar un semicírculo o una elipse que refleja los arcos dentales. Su apariencia puede variar ampliamente según la fuerza empleada, el movimiento de las personas involucradas y la zona anatómica donde ocurrió el contacto.
Para que la observación sea útil, el odontólogo forense debe obtener imágenes nítidas con una regla o referencia métrica que permita conservar proporciones reales. Además, se revisan aspectos como la profundidad de la marca, la presencia de hematomas, raspaduras, desgarros o inflamación. Cada uno de estos elementos ayuda a reconstruir lo ocurrido, estimar la antigüedad de la lesión y evaluar si la marca es lo suficientemente definida para una comparación posterior.
Documentación precisa de la lesión
La documentación es una de las etapas más importantes, ya que si se realiza de la manera incorrecta la evidencia puede perder su valor legal. El registro adecuado incluye fotografías tomadas desde distintos ángulos, uso de escalas de medición, iluminación uniforme y condiciones que eviten distorsiones. Asimismo, se valora la evolución de la lesión, porque la piel cambia con rapidez debido a la inflamación, la deshidratación o a los procesos de cicatrización.
Además de las fotografías, se pueden tomar moldes de la zona cuando es pertinente, lo cual refuerza el análisis tridimensional. Estos pasos buscan garantizar que la evidencia es confiable, reproducible y útil en un contexto jurídico.
Métodos de comparación dentaria
Una vez registrada la mordedura, se procede a comparar la lesión con la dentición del posible agresor; para lo que se emplean modelos tradicionales en yeso, escaneos digitales o reconstrucciones 3D.
El especialista examina aspectos como la forma de los incisivos, desgastes, rotaciones, ausencias dentales o restauraciones. Estas características individualizantes pueden ayudar a establecer similitudes relevantes entre la lesión y la dentadura analizada.
Aunque hoy existen herramientas tecnológicas avanzadas, el análisis sigue dependiendo, en gran medida, del criterio del perito; motivo por el cual, las mordeduras, por sí solas, ya no se consideran evidencia definitiva en diversas jurisdicciones. En cambio, suelen utilizarse como apoyo cuando coinciden con otros elementos de la investigación.
Aplicaciones del análisis de mordeduras en la investigación forense
El análisis de mordeduras es útil en casos donde hubo contacto físico directo, como violencia interpersonal, abuso sexual, maltrato infantil u homicidio. Su utilidad se centra en dos aspectos: orientar la posible identidad del agresor y proporcionar información sobre la dinámica del ataque.
Por otro lado, la ubicación de la mordedura puede indicar si hubo sujeción, defensa o forcejeo; la profundidad y el patrón de los dientes permiten inferir la fuerza aplicada, y las características de los tejidos lesionados ofrecen pistas sobre las posturas o movimientos de las personas involucradas. Cabe destacar que, si bien no resuelve un caso por sí sola, esta evidencia complementa las reconstrucciones del evento.
Limitaciones, controversias y estándares actuales
El análisis de mordeduras ha sido objeto de críticas debido a la variabilidad de la piel humana. La piel se estira, se comprime, se inflama y cicatriza de maneras que pueden alterar la forma original de la mordedura. Factores como la postura del cuerpo, la temperatura, el tiempo transcurrido o el movimiento durante la agresión modifican la lesión significativamente.
Estudios recientes y casos internacionales han demostrado que basar una identificación sólo en mordeduras puede conducir a errores graves. Por ello, organismos como el American Board of Forensic Odontology han establecido lineamientos más estrictos que enfatizan la necesidad de cautela, análisis multidisciplinario y uso de esta evidencia como complemento, no como prueba concluyente.
Importancia jurídica y el rol del odontólogo forense en mordeduras
Para que una mordedura tenga relevancia jurídica, el odontólogo forense debe seguir un proceso meticuloso que incluya cadena de custodia, documentación correcta, conservación de muestras y métodos de comparación validados. El informe final debe ser claro y comprensible para jueces, fiscales y abogados, quienes requieren información precisa para tomar decisiones fundamentadas.
Además, el perito debe estar actualizado en estándares internacionales, conocer las limitaciones del método y comunicar con objetividad lo que la evidencia permite o no permite concluir. Su responsabilidad es evitar interpretaciones erróneas y garantizar transparencia en el procedimiento.
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Para saber más
Pretty, I. y Sweet, D. (2001). The scientific basis for human bitemark analyses-a critical review. Science & Justice, 41 (2), 85-92.
Mohammed F, Fairozekhan A., Bhat S. y Menezes, R. (2025). Forensic Odontology. StatPearls.
Fixott, R. (2023). American Board of Forensic Odontology Standards and Guidelines for Evaluating Bitemarks. Journal of the California Dental Association.

