Crisis por enfermedad y reconstrucción emocional

Autor UIC

Escrito por: Dulce María Gutiérrez Valdovinos

Licenciatura en Psicología

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Cuando la crisis por enfermedad aparece en la vida de una persona, ya sea por medio de un diagnóstico propio o de alguien significativo, ocurre un impacto emocional profundo que rompe la idea de continuidad y estabilidad con la que solemos habitar el mundo.

Aunque imaginamos que la vida avanza de manera lineal (cuerpo sano, rutina estable, futuro predecible), la enfermedad irrumpe como un acontecimiento que obliga a detenerse, reorganizarse y replantear el significado de la existencia.

Esta experiencia marca un antes y un después. A nivel psíquico, se genera una sensación de irrealidad, un shock emocional y, en muchos casos, un vacío que revela lo inesperado: la fragilidad humana. Por ello, comprender lo que ocurre internamente es un paso fundamental para acompañar con humanidad a quienes atraviesan este proceso.

Crisis por enfermedad. Lo que ocurre en la psique cuando llega un diagnóstico

La crisis por enfermedad es un fenómeno complejo. En el instante en que se recibe un diagnóstico adverso, la mente activa mecanismos defensivos que buscan amortiguar el impacto emocional. En términos neurológicos, emergen respuestas primitivas asociadas al miedo, la huida y la supervivencia.

El cuerpo reacciona con señales corporales intensas: tensión, hipervigilancia, insomnio, tristeza, enojo o desmotivación. A la par, se despierta la necesidad de encontrar certezas, garantías y explicaciones absolutas. La mente intenta recuperar el control imaginando escenarios posibles; pero, con frecuencia, se inclina hacia lo catastrófico, lo que incrementa la ansiedad.

Este momento inicial implica un choque entre lo que se creía seguro y una realidad que exige reorganizar el mundo interno.

La herida narcisista, cuando la identidad también enferma

La llegada de una enfermedad toca una dimensión profunda del ser: la identidad. El diagnóstico actúa como una herida narcisista que confronta al individuo con su vulnerabilidad. Así, surgen preguntas que evidencian el impacto:

  • ¿Seguiré siendo la misma persona?
  • ¿Los demás me verán distinto?
  • ¿Qué podré hacer y qué no?
  • ¿Mi valor cambiará para las personas que amo?

Dichos cuestionamientos abren un duelo inevitable: por el cuerpo previo, por la salud perdida y por los proyectos que quizá deban transformarse.

La psique trabaja, entonces, para darle sentido a lo que sucede. Busca inscribir la experiencia en una narrativa que no deje vacío el trauma, sino que lo resignifique. Aquí, la intervención psicológica se vuelve esencial para evitar que la enfermedad se convierta en la totalidad del Yo.

Reconstruir el Yo. Un proceso emocional no lineal

Después del impacto inicial, comienza un camino oscilante entre aceptación, negación, integración y resignificación. El reto es enorme: integrar la enfermedad sin permitir que defina por completo la identidad. Esto implica reconocer que el cuerpo enfermo es sólo una parte del sujeto, no su totalidad.

Con acompañamiento emocional, la persona puede:

  • Recuperar agencia y autonomía.
  • Reestablecer una relación menos agresiva con su cuerpo.
  • Reformular su narrativa vital.
  • Reconstruir un narcisismo más flexible y realista.

El analista o terapeuta opera como un “yo auxiliar”, sosteniendo la capacidad de pensar cuando el paciente se siente desbordado. Además, la psicoterapia permite reconocer viejas identificaciones con figuras enfermas o historias de pérdida que se reactivan con el diagnóstico, evitando que se repitan inconscientemente.

En ese proceso, la persona puede llegar a pensar:
“Esto me ocurrió, me dolió, me marcó, pero no me destruye ni me define por completo.”

Una mirada final, acompañar para sostener

Comprender estos procesos no cura la enfermedad, pero transforma cómo acompañar. Permite generar un espacio terapéutico donde la persona pueda poner en palabras lo indecible, reconstruir sentido y sostenerse mientras encuentra nuevas maneras de habitar su cuerpo, su vida y su futuro. La psicología ofrece ese lugar donde lo emocional, lo simbólico y lo humano encuentran posibilidad de reorganización.

Si te interesa acompañar procesos humanos de alta complejidad, como la crisis por enfermedad, desde una perspectiva ética, clínica y humana, nuestra Licenciatura en Psicología es para ti.

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Para saber más

Doctorado en Psicoanálisis

Maestría en Psicoterapia Psicoanalítica

Postdoctorado en Psicoanálisis Contemporáneo

Clínica Universitaria de Psicoterapia Psicoanalítica e Intervención Educativa, CUPPIE

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