La inteligencia artificial (IA) ha llegado como un tsunami al mundo moderno, transformando todo a su paso. Este impacto no ha sido ajeno al Derecho, que ahora se encuentra frente a una nueva realidad: la necesidad de adaptarse a una era donde las máquinas pueden tomar decisiones, analizar patrones complejos y ejecutar tareas que antes eran exclusivas del ser humano.
Por ende, estamos viviendo un antes y un después de la manera como concebimos la justicia, la responsabilidad y la regulación legal.
La inteligencia artificial cambia las reglas
Uno de los grandes desafíos es entender quién es responsable cuando una IA comete un error. En nuestro marco legal tradicional siempre hay una persona física o moral detrás de cada acto. Pero si un coche autónomo causa un accidente o un algoritmo niega un crédito injustamente, ¿de quién es la culpa? ¿Del desarrollador, de quien entrenó el sistema o del usuario final? Esta zona gris es uno de los dilemas legales más urgentes que tenemos que resolver.
Además, nos enfrentamos a la llamada opacidad algorítmica: muchos sistemas de IA funcionan como una caja negra. Sabemos lo que entra y lo que sale, pero no cómo se toman las decisiones al interior.
Esto representa un choque directo con principios básicos del Derecho, como la transparencia y el derecho a una explicación. Si una decisión tomada por una IA, afecta a una persona, la persona debe poder entender por qué sucedió y tener medios para impugnarla.
Propiedad intelectual en la era de la IA, el nuevo dilema legal
Un reto particularmente relevante —y que ha captado mi atención como abogado litigante y académico— es el que plantea la IA en materia de propiedad intelectual y derechos de autor.
Las creaciones generadas por sistemas automatizados abren un debate urgente: ¿quién posee los derechos sobre una obra que no fue hecha directamente por una persona? ¿Cómo protegemos el trabajo de los autores humanos frente a algoritmos que pueden imitar estilos, producir contenido y aprender del material existente?
En mi experiencia en el ámbito académico, también he reflexionado sobre el potencial de la IA como herramienta de apoyo en la docencia del Derecho. Lejos de verla como una amenaza, considero que, bien utilizada, puede enriquecer la formación jurídica: desde ayudar en el análisis de jurisprudencia, hasta servir como asistente en procesos de redacción jurídica y simulación de escenarios legales. Claro está, siempre bajo una supervisión humana consciente y crítica.
La inteligencia artificial como aliada en la enseñanza del Derecho
También se discute la posibilidad de otorgar personalidad jurídica a ciertos sistemas de IA, una propuesta que, si bien puede parecer extrema, responde a la necesidad de adaptar nuestras categorías legales. No se trata de humanizar a las máquinas, sino de encontrar una manera de hacerlas responsables cuando generan impactos reales en la sociedad.
En el ámbito judicial, la IA también está ganando espacio. Existen ya herramientas que ayudan a redactar sentencias o predecir fallos. Si bien pueden mejorar la eficiencia, también corremos el riesgo de deshumanizar decisiones que deben ser sensibles al contexto y a los derechos humanos. Por ello, insisto: la IA debe ser un apoyo, nunca un sustituto.
Renovar el Derecho
Estamos, sin duda, frente a una etapa de transición. El Derecho tiene la obligación de modernizarse, para controlar los riesgos de la inteligencia artificial y para aprovechar sus beneficios.
Lo anterior implica establecer normas claras, fomentar el desarrollo ético de la tecnología y formar profesionales del Derecho que entiendan las leyes y las herramientas tecnológicas que están moldeando el futuro.
Estoy convencido de que, en la medida en que seamos responsables y conscientes en el uso de la IA, ésta podrá convertirse en una aliada estratégica tanto en el ejercicio profesional del Derecho, como en la enseñanza jurídica. No se trata de cederle el control, sino de integrarla con inteligencia y ética a nuestro quehacer.
En la UIC creemos que el Derecho no puede quedarse atrás, por lo que formamos abogadas y abogados que, además de conocer la ley, entienden los cambios que vienen con la inteligencia artificial. Porque ejercer con ética también implica saber moverse en un mundo que ya cambió.
Nota del autor
Este artículo ha sido redactado de forma completamente original para fines académicos y de reflexión profesional. No contiene fragmentos copiados de otras fuentes sin citar, y cualquier coincidencia con otros trabajos es fortuita.
Para saber más
Karemm Danel (2019). ¿Conoces las ramas del Derecho?. Universidad Intercontinental. Recuperado de https://www.uic.mx/conoces-las-ramas-del-derecho/?utm_source=social&utm_medium=organic&utm_campaign=cd&utm_content=conoces_las_ramas_del_derecho