Promover los derechos humanos no es una tarea exclusiva de las instituciones, es un compromiso compartido.
Frase de uso común en divulgación sobre derechos humanos, sin autor identificado
Los derechos humanos son el fundamento de una sociedad justa, inclusiva y solidaria. En la vida universitaria —ese espacio para aprender, convivir y transformar— es donde mejor podemos comprender que los derechos no son conceptos abstractos, sino realidades que deben vivirse todos los días.
La universidad, como espacio de formación integral, tiene la oportunidad de sembrar el respeto por la dignidad humana en las decisiones cotidianas, desde el aula hasta las relaciones interpersonales.
Aprender sobre derechos humanos no es un ejercicio meramente académico, es una apuesta por el desarrollo humano y social. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco (2018) enfatiza que la educación en derechos humanos fortalece la autonomía, la igualdad y la toma de decisiones informadas.
Al respecto, Martha Nussbaum (2011) va más allá al afirmar que el desarrollo humano sólo es posible cuando las personas ejercen plenamente sus libertades.
En este contexto, vivir los derechos humanos en lo cotidiano es un ejercicio ético, empático y profundamente transformador. A continuación, presentamos algunas claves para integrarlos activamente en la vida universitaria y más allá.
Derechos humanos, reconocerlos y vivirlos todos los días
Desde el primer día en la universidad, aprender sobre derechos humanos nos permite construir una comunidad equitativa, respetuosa y segura para todas y todos.
1. Reconocer los derechos de todos y todas.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos (ONU, 1948) establece la dignidad, la libertad y la igualdad como pilares de la convivencia. Estos principios se traducen en acciones concretas: acceso equitativo a la educación, libertad de expresión, trato respetuoso y oportunidades sin discriminación. Cada gesto de cuidado y solidaridad es una forma tangible de ejercer la justicia social.
2. Actuar desde la ética.
Adela Cortina (1998) plantea que una sociedad ética se basa en la corresponsabilidad: nuestro bienestar se construye en colectivo. Por ello, actuar con étic implica crear entornos donde todas las personas puedan desarrollarse con libertad, seguridad y respeto, sin importar su género, edad u orientación sexual. Esto incluye una visión amplia de la educación en sexualidad, centrada en la afectividad, la empatía y la comunicación.
3. Cuidar la salud integral.
La salud es un derecho humano. La Organización Mundial de la Salud (2015) la define como un estado de completo bienestar físico, mental y social. En este sentido, promover el autocuidado (alimentarse bien, descansar, atender la salud mental) es, también, una manera de defender los derechos humanos, comenzando por uno mismo.
4. Romper el silencio ante la violencia.
Denunciar situaciones de violencia es un acto de valentía, así como de justicia y cuidado colectivo. La Ley 1620 de 2013 (Colombia) establece mecanismos de prevención, atención y seguimiento ante situaciones de violencia escolar y vulneración de derechos. Las universidades deben garantizar rutas accesibles y seguras para todas y todos.
5. Participar para transformar.
Participar es un derecho y una responsabilidad. Involucrarse en iniciativas estudiantiles, liderar proyectos, proponer mejoras y dialogar activamente fortalece la convivencia democrática. Como afirma Habermas (1981), la acción comunicativa basada en el diálogo es clave para construir consensos y transformar realidades.
6. Usar la tecnología con ética.
En la era digital, ejercer los derechos humanos también implica cuidar la privacidad, proteger datos personales y evitar la difusión de contenido sin consentimiento. La Unesco (2021) recuerda que la ética digital es esencial para una convivencia responsable y segura en entornos virtuales.
7. Promover una educación integral en sexualidad.
La Educación Integral en Sexualidad (EIS) fomenta relaciones basadas en el respeto mutuo, la responsabilidad y la toma de decisiones informadas (Unesco, 2018). Es una herramienta para prevenir violencias, derribar estigmas y construir comunidades inclusivas desde la empatía y el reconocimiento.
8. Ser parte del cambio.
Todos y todas somos agentes de transformación. Vivir los derechos humanos en lo cotidiano es construir espacios más justos, libres y equitativos. El compromiso no es exclusivo de las instituciones, comienza con cada acción, palabra y decisión que fortalece la dignidad humana.
En la Universidad Intercontinental entendemos que educar no es sólo transmitir conocimientos, sino formar personas con valores, sentido ético y compromiso social.
Nuestras licenciaturas, como Psicología, integran la formación en derechos humanos como parte fundamental del desarrollo profesional y humano. Conoce nuestro plan de becas aquí.
Para saber más
Maestría en Psicoterapia Psicoanalítica
Postdoctorado en Psicoanálisis Contemporáneo
Clínica Universitaria de Psicoterapia Psicoanalítica e Intervención Educativa, CUPPIE
Congreso de la República de Colombia (2013). Ley 1620 de 2013.
Cortina, A. (1998). Ética de la empresa. Madrid: Trotta.
Freire, P. (1970). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI.
Habermas, J. (1981). Teoría de la acción comunicativa. Santander: Taurus.
Naciones Unidas (1948). Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Nussbaum, M. (2011). Crear capacidades. Buenos Aires: Paidós.
Organización Mundial de la Salud (2015). Constitución de la OMS.
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (2018). Orientaciones técnicas sobre EIS.
———— (2021). Ética de la inteligencia artificial.
Congreso de la República de Colombia (2013). Ley 1620 de 2013, por la cual se crea el Sistema Nacional de Convivencia Escolar y Formación para el Ejercicio de los Derechos Humanos, la Educación para la Sexualidad y la Prevención y Mitigación de la Violencia Escolar. Diario Oficial No. 48.733.