En días pasados, la Arquidiócesis de México celebró el encuentro “Jubileo de laicos en el mundo”, presidido por monseñor Francisco Javier Acero, con el propósito de presentar los trabajos que realizan las distintas pastorales arquidiocesanas y fortalecer el compromiso de los laicos en la misión evangelizadora de la Iglesia.
Durante su mensaje de bienvenida, Monseñor Acero invitó a los fieles a mantenerse cercanos al pueblo, promover la dignidad humana y ser constructores de puentes. Recordó que “todos debemos tener acceso al acompañamiento espiritual” y que “el amor a los pobres está en el corazón del Evangelio”.
Asimismo, subrayó la importancia de comunicar con claridad el verdadero sentido de la libertad religiosa, e hizo un llamado a conocer y difundir la labor de la Arquidiócesis para seguir construyendo una Iglesia viva, comprometida y cercana a las realidades del mundo.
El encuentro contó con la participación de David Calderón, quien reflexionó sobre la vocación del laico como aquel que ama y transforma el mundo desde la fe, recordando que “no hay cristianos de primera ni de segunda; todos estamos llamados a seguir a Cristo”.
Uno de los momentos más enriquecedores fue el panel de testimonios, en el que diversos laicos compartieron sus experiencias desde distintos ámbitos de acción pastoral y social.
El Lic. Jesús Valdés, director de Justicia y Paz, habló sobre cómo la Vicaría de Laicos en el Mundo promueve la justicia y la paz, alentando a comprometerse desde la fe con la transformación social.
María Herrera, fundadora de Familiares en Búsqueda y de la Red Enlaces Nacionales, compartió su testimonio desde la experiencia del dolor por los desaparecidos, destacando la importancia de “pasar de ser víctimas a ser constructores de paz”.
Desde el Centro Especializado para Mujeres Adolescentes, Fabiola reflexionó sobre el acompañamiento espiritual como una oportunidad para sanar heridas y abrir caminos de esperanza.
Abad Cruz, de la Pastoral Indígena y Pueblos Originarios, habló sobre la importancia del encuentro y la cercanía con las comunidades, recordando que “la única manera de ayudar es salir y conocer la realidad”, y que “en los espacios donde se encierra el cuerpo, la fe es la que te permite crecer”.
El Dr. Héctor Jaime, político católico, subrayó el papel del laico en la vida pública como testigo coherente de los valores cristianos en la sociedad contemporánea.
Desde el ámbito de la comunicación, un colaborador de TV Azteca compartió cómo los medios pueden ser instrumentos de verdad y esperanza al servicio de la evangelización.
El empresario Eduardo Vargas destacó que ser laico es “transformar la vida”, aportando al bien común desde los espacios laborales y comunitarios.
Guillermo Redondo Aquino, rector del Hospital General de la Villa, compartió su experiencia en la promoción de la fe entre los enfermos, mostrando cómo el acompañamiento espiritual puede aliviar y fortalecer el espíritu.
El teniente Mendoza, de la Pastoral Castrense en la Iglesia Cristo de la Paz (frente a la Secretaría de la Defensa Nacional), reflexionó sobre la misión de comunicar con claridad el mensaje de la Arquidiócesis dentro de los entornos militares, donde la fe también tiene un espacio de encuentro y esperanza.
Finalmente, Javier Rodríguez recordó que “la comunicación no es un accesorio de la pastoral, sino parte esencial de la misión evangelizadora”. Subrayó que todo comunicador cristiano participa de esa misma misión: hacer visible la verdad, el amor y la esperanza.
El encuentro concluyó con el mensaje de monseñor Acero, quien exhortó a los participantes a no caer en provocaciones contra la fe, sino a defenderla y vivirla con orgullo y respeto. Invitó también a compartir lo vivido, salir y comunicarlo con los demás, construyendo así puentes de fe y esperanza.

     
    
        
     
     
    
        
     
     
    
        
     
     
    
        
     
     
    
        
     
     
    
        
     
     
    
        
     
     
    
        
     
     
    
        
     
     
    
        
     