El diálogo para la paz es una vía esencial para reconstruir el tejido social y recuperar el respeto a la dignidad humana. En un contexto nacional marcado por la violencia, la desconfianza y la polarización, urge replantear nuestro papel como ciudadanos comprometidos con la justicia, la solidaridad y el bien común.
Durante décadas hemos normalizado el enfrentamiento entre grupos, partidos e ideologías. El resultado ha sido doloroso: pérdida de vidas, división social y el olvido del valor fundamental que toda nación debe proteger, la vida como derecho humano esencial, reconocido universalmente y cuya salvaguarda es obligación de todo Estado.
El diálogo para la paz como alternativa a la violencia
La evidencia jurídica demuestra que el castigo o el aumento de penas no ha frenado los delitos; al contrario, la violencia ha incrementado. Ante esto, es urgente optar por el diálogo sobre la fuerza,por la empatía frente al egoísmo y por la cooperación ante la confrontación.
La reconstrucción de una sociedad pacífica comienza en el hogar, con la familia como núcleo de valores éticos y morales. Debemos fomentar la solidaridad, la empatía y el respeto como pilares de convivencia, reemplazando la reacción violenta por la búsqueda activa del entendimiento.
La percepción ciudadana y la necesidad de empatía
Hoy la ciudadanía vive con miedo e incertidumbre. En respuesta, muchos adoptan la violencia como mecanismo de defensa. Sin embargo, es momento de reconocernos como semejantes: todos buscamos vivir en paz, con seguridad y libertad.
Promover el diálogo para la paz implica asumir la responsabilidad individual y colectiva de construir entornos seguros, donde prevalezcan la justicia, la equidad y el respeto mutuo.
El significado profundo de la paz
La paz no es sólo ausencia de guerra, es la búsqueda constante de justicia mediante el diálogo de ideas y la defensa de la dignidad humana. Implica compromiso, reflexión y acción ética. Significa honrar la vida de quienes la perdieron en su intento por alcanzarla.
Como señaló Martin Luther King:
“La paz no es simplemente un objetivo distante que buscamos, sino un medio por el cual llegamos a ese objetivo. Que cada uno de nosotros sea ese medio.”
La educación como camino hacia el respeto y la justicia
A los jóvenes se les invita a participar con conciencia, promoviendo la solidaridad, elrespeto a la viday losderechos humanos. Es necesario formar ciudadanos con pensamiento crítico, comprometidos con el bien común, que actúen desde la legalidad y la empatía, no desde la violencia.
Dejemos atrás los juicios y la crítica vacía. Actuemos con conocimiento del Derecho, entendiendo que es un sistema de normas y valores orientado a la convivencia armónica y justa.
Construyamos una sociedad basada en el diálogo
La violencia engendra más violencia. Por ello, debemos volvernos sensibles al dolor ajeno y comprometernos con una sociedad donde prevalezcan la dignidad humana, la libertad de expresión y el respeto al Derecho.
Es por medio del diálogo para la paz que podremos alcanzar la armonía social que anhelamos: una comunidad donde cada voz cuente y cada vida se respete.
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