Para Pablo Emilio Escamilla-García y Silvia Galicia-Villanueva, las organizaciones representan un papel importante para el desarrollo de las naciones. Por medio de un liderazgo efectivo y una visión sustentable, lograrán mayor participación en los mercados, a partir de conocer y aplicar diversas habilidades que los líderes deben desarrollar para una adecuada toma de decisiones que generará mayor rentabilidad en las empresas. Lee este artículo de Enlaces. Revista de Investigación Multidisciplinaria de la División de Posgrado de la Universidad Intercontinental.

Nuevos modelos de liderazgo

Dados los desafíos sociales y ambientales que enfrentan todas las organizaciones, existe la necesidad de nuevos modelos, métodos y herramientas de liderazgo para implementar cambios organizacionales.

Si el desarrollo sustentable implica el aseguramiento de los recursos a las generaciones futuras para el progreso y evolución, la relación entre liderazgo y desarrollo sustentable es muy importante porque no hay desarrollo sin liderazgo, especialmente en la dimensión ambiental social, humana y cultural.

Si se entiende que el liderazgo es el arte de tratar la naturaleza humana, o bien, el arte de influir en el comportamiento humano para guiar a un grupo de personas hacia un objetivo específico de manera que asegure la confianza, el respeto y la cooperación (Yildiz, Basturk y Boz 2014), se visualiza el rol y la relación entre el liderazgo y el desarrollo sustentable.

Lo anterior, en la medida en que dicha capacidad de orientar el comportamiento se vincula con la liberación de dimensiones ambientales, sociales, humanas y culturales, a fin de que los recursos humanos de una organización logren las metas ambientales y materiales (Slimane, 2012).

Un liderazgo exitoso es aquel que puede combinar teorías y enfoques en pro de la organización. De acuerdo con Fry y Egel (2021), para que una organización logre transitar a un modelo de liderazgo global para la sustentabilidad, debe no sólo cultivar una mentalidad de sustentabilidad en los empleados, sino que, también, se deben incorporar dos principios éticos: una ética y una responsabilidad moral y una ética de cuidado y compasión.

Con ello, una organización podrá implementar una nueva visión que favorezca la conservación ambiental, aunque desde una base ética en los trabajadores y a fin de orientar sus acciones a la consecución del beneficio económico; pero sin comprometer los recursos para las generaciones futuras.