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Escrito por: Hugo A. Avendaño Contreras
Rector de la Universidad Intercontinental
marzo 5, 2024

El concepto de cultura organizacional, popularizado por Edgar Schein, ha sido una piedra angular en el campo del Desarrollo Organizacional (DO). Su aporte ha tenido un impacto duradero en la manera como se comprende y gestiona la cultura en las empresas.

Por ello, es importante conocer cómo las ideas de Schein sobre cultura y liderazgo han influido en la teoría y práctica del DO y cómo su modelo de tres niveles de cultura aún es relevante en el mundo empresarial actual.

La cultura empresarial: visible y tangible en el desarrollo organizacional

Schein destaca que las culturas empresariales son reales y tangibles. Son más que simples conceptos o filosofías; tienen un impacto tangible en el rendimiento individual y empresarial. Por lo tanto, entender la cultura organizacional es crucial para el éxito de una empresa.

Sin embargo, Schein observa que el concepto de cultura a menudo se confunde con otros, como clima, filosofía e ideología. Esta confusión puede llevar a una mala interpretación de la cultura y a decisiones erróneas en la gestión de la empresa.

Cultura y efectividad organizacional

Schein se centra en cómo la cultura afecta la efectividad organizacional. Destaca la relación entre la cultura y la estrategia organizacional y la cultura y la estructura organizacional.

Según Schein, la cultura puede hacer que los cambios en la estructura sean ineficaces si no se consideran las presunciones básicas que subyacen a la cultura. Esto es evidente en fusiones y adquisiciones que no tienen éxito debido a diferencias culturales subyacentes.

Liderazgo y cultura

El psicólogo también sostiene que los líderes son los principales creadores de la cultura empresarial. La manera como los líderes modelan y promueven la cultura impacta significativamente en la organización.

Aunque Schein reconoce que otros factores, como la cultura del país o la región, también influyen en la cultura empresarial. Además, destaca la importancia de la congruencia entre las palabras y las acciones de los líderes para modelar el cambio cultural.

El modelo de Schein

Él define la cultura como un modelo de presunciones básicas que guía cómo un grupo enfrenta problemas de adaptación externa e integración interna. Su modelo de tres niveles de cultura incluye producciones o artefactos (el nivel más visible), valores (convicciones sobre la realidad y la manera de tratarla) y presunciones subyacentes básicas (hipótesis asentadas con el tiempo).

Cambio cultural

Asimismo, aborda el tema del cambio cultural y la necesidad de evitar que la cultura se convierta en una excusa para no cambiar. Sugiere, entonces, que los consultores realicen un diagnóstico cultural para entender los tres niveles de cultura y ayudar a las organizaciones en sus procesos de cambio.

Homogeneidad cultural

Un tema que Schein no aborda directamente es la homogeneidad cultural en las organizaciones al tratarse de un tema que merece una mayor exploración.

La homogeneidad cultural puede tener un impacto significativo en la cohesión y el rendimiento de una organización y es importante entender cómo se forman y mantienen las culturas homogéneas.

La cultura organizacional: identidad y valores

La cultura organizacional no sólo define la identidad y los valores de una institución, sino que también influye directamente en la motivación, la productividad y la retención del talento.

En este contexto, el desarrollo organizacional emerge como una estrategia clave para fomentar un ambiente de trabajo saludable y propicio para el crecimiento tanto, individual como colectivo.

La intersección entre cultura y desarrollo organizacional impulsa la creación de un ecosistema donde la innovación y la adaptabilidad son elementos clave.

Cuando la cultura de una organización promueve la apertura a nuevas ideas y fomenta el aprendizaje continuo, se sientan las bases para un desarrollo organizacional efectivo.

La sinergia entre ambos aspectos contribuye a construir equipos sólidos y alineados con los objetivos, lo que se traduce en una mayor capacidad para enfrentar desafíos, aprovechar oportunidades y alcanzar un crecimiento sostenible.

La conexión entre cultura y desarrollo organizacional en el ámbito universitario, por ejemplo, es esencial para la mejora continua de la institución y forja un camino hacia la excelencia académica y la formación integral de los estudiantes.

Al nutrir una cultura que valora el aprendizaje, la diversidad y la colaboración, las instituciones educativas pueden potenciar su desarrollo organizacional y contribuir significativamente al progreso de la sociedad en su conjunto.

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Para saber más

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