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Autor UIC

Escrito por: José Manuel Martínez Cruz

agosto 18, 2020

La cuarentena derivada de la COVID-19 nos hizo retomar y recordar la antigua filosofía griega, considerada la gran madre del pensamiento racional de la cual se nutre la llamada cultura occidental a la que pertenecemos.

Antes de que a la verdad fuera se le considerara meramente racional; es decir, producto del pensamiento o de la razón, los griegos presocráticos (anteriores
al s. V a. C.) la buscaban y encontraban en el mito.

Homero y Heródoto son los grandes narradores de historias singulares por las cuales nos enteramos de que humanos y dioses entraban en comunicación, sea para la alabanza de éstos, sea para arrebatar secretos en beneficio de aquellos.

Entre estas historias se encuentra el célebre mito del Oráculo de Delfos y su famosa inscripción: “¡Conócete a ti mismo!”. De todos los reinos conocidos hasta ese momento, los peregrinos, quienes se intrigaban por esa frase inscrita en la entrada del santuario de Delfos, acudían al monte Parnaso para consultar la voluntad de los dioses por medio del Oráculo. Se trata de la versión que hemos aprendido en la escuela cuando nuestro profesor de filosofía nos enseñó historia de la filosofía o doctrinas filosóficas.

Sin embargo, hay otra traducción de la frase “¡Conócete a ti mismo!”: “¡Ocúpate de ti mismo!”. Sócrates, el filósofo por excelencia de la época dorada del pensamiento griego, es el principal expositor de esta forma pensar y de vivir propuesta por el Oráculo, quien preguntaba a la gente de la calle o a los jóvenes del gimnasio: “¿te ocupas de ti mismo?” (épimeléia heautou). Este ¡ocúpate de ti mismo! podemos entenderlo, como propone Michael Foucault, como un ¡Cuida de ti mismo! Así, la frase del Oráculo “¡Conócete a ti mismo!” es, también, “¡Cuida de ti mismo!” (cura sui, en latín).

La pandemia por covid-19 es lo que nos exige hoy, el cuidado de uno mismo. Si uno en lo individual no está convencido de la necesidad de cuidarse, jamás podrá entender o consentir el cuidado del otro.

Lavarse las manos, usar el cubrebocas, no salir si no es absolutamente necesario, atender de inmediato los síntomas por leves que sean, son las principales recomendaciones de las autoridades sanitarias.

Sin embargo, debemos considerar otros aspectos del cuidado de sí mismo, como evitar pensamientos negativos o impedir que las emociones nos dominen, sobre todo las que se consideran negativas.

De acuerdo con cifras oficiales, en estos tiempos de confinamiento o encierro se han elevado las cifras de violencia doméstica, agresión infantil, feminicidios o divorcios. Con la convivencia forzada por más de 100 días tenemos las emociones a flor de piel.

En síntesis, hay que reforzar la atención o mirada sobre sí mismo para estar atento sobre lo que uno piensa, lo que uno siente o lo que uno hace. No hay que tentar a la suerte. Cuidar de sí mismo significa una gran solidaridad: el cuidado de los demás. ¡Juntos lo lograremos!

 

Para saber más

Licenciatura en Filosofía, Universidad Intercontinental. Disponible en https://www.uic.mx/licenciaturas/instituto-intercontinental-de-misionologia/filosofia/

Maestría en Filosofía y Crítica de la Cultura, Universidad Intercontinental. Disponible en https://www.uic.mx/posgrados/cultura-desarrollo-humano/maestria-filosofia-critica-la-cultura/

Jesús Ayaquica Martínez, “Aristóteles vs Freud: debate sobre la felicidad”. Disponible en https://www.uic.mx/aristoteles-vs-freud-debate-sobre-la-felicidad/

Jesús Ayaquica Martínez, “Consejos medievales para aliviar las penas”. Disponible en https://www.uic.mx/consejos-medievales-aliviar-las-penas/

 

 



* Las opiniones vertidas en las notas son responsabilidad de los autores y no reflejan una postura institucional

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