Humanidades

Escrito por: Sandra Cerezo Ramírez
Docente de la Licenciatura en Arquitectura
noviembre 29, 2021

“La idea de museo está asociada a la identificación del hombre con su cultura y al reconocimiento del valor testimonial de ciertas evidencias como patrimonio” [1]

Los museos, lugares emblemáticos que resguardan objetos de valor testimonial para la humanidad —patrimonio tangible e intangible—, siempre han sido espacios para la experiencia sensorial. Desde tiempos remotos estas edificaciones denominadas Museion o templos de las musas, han sido dedicados a resguardar, preservar y difundir conocimiento y patrimonio diverso. 

Los primeros museos

El primer espacio ex profeso para este fin lo construyó Ptolomeo Filadelfo en Alejandría durante el siglo III a. C. Este espacio fue un conjunto de edificios que recibieron funciones variadas. Por ejemplo: biblioteca, anfiteatro, observatorio, salas de trabajo y estudio, jardín botánico y colección zoológica. El objetivo de estas funciones fue para conservar, mostrar, estudiar e investigar lo que ya en aquel momento el hombre había producido y comenzaba a acumular en materia de literatura, descubrimientos científicos, filosóficos, especies naturales y artes.

Gabinetes de curiosidades

En un inicio, los museos fueron grandes colecciones de objetos fantásticos llamados gabinetes de curiosidades por las características de las piezas que resguardaban. Eran acumulados en toda una vida de ciertos personajes con alto poder adquisitivo, gracias al cual podían viajar a lugares insospechados y recolectar objetos extraños de estima subjetiva. Estos se mostraban abriendo las puertas de sus propias mansiones o castillos al pueblo en su mayoría inculto y analfabeto en un acto de generosidad para compartir el conocimiento.

Los gabinetes, las colecciones y las galerías privadas sólo eran visitadas ocasionalmente por intelectuales, eruditos, científicos o amigos de los propietarios. El Museo del Vaticano, por ejemplo, era visitado sólo una vez al año: los viernes Santo.[2] Este tipo de espacios fue el antecesor de los museos universitarios y de los museos de ciencia y técnica.

Museos en forma

El interés por las civilizaciones pasadas, el reconocimiento del artista y la difusión de colecciones privadas, hizo que se edificaran y adaptaran espacios diseñados para este uso de imagen identificable con la tipología arquitectónica. 

Durante el siglo XVIII y XIX se concretaron como museos las primeras instituciones y, con la Revolución Francesa y la Industrial, surge como primer magno museo el otrora palacio Real del Louvre.

En 1851 se celebra en Londres la Exposición Internacional del Comercio en el recién construido Palacio de Cristal. Así es como se inicia un ciclo de asistencia de masas de espectadores a certámenes, ferias, exposiciones y museos.

Museo Metropolitano de Arte en Nueva York (MET).

En este periodo inicia la era museológica donde se ofertan distintos tipos de contenidos y modos de exposición, sobre todo en temas de ciencia y tecnología. Cabe mencionar que estos espacios no se abrían a todo tipo de público, en un acto de arrogancia a cierto tipo de espectador.

En el siglo XIX el debate se traslada a América, específicamente a Estados Unidos donde el modelo arquitectónico para estas edificaciones es el clasicismo tipo templo griego. Como ejemplo de eso tenemos el Museo Metropolitano de Arte (MET Museum).

Fenómeno museal

Los museos que se crearon a partir de las grandes colecciones como trofeos de guerra empezaron a evolucionar y, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, los objetos se empezaron a estudiar como fenómeno museal. Así nacieron los movimientos de vanguardia que se cuestionaron la concepción de la obra de arte y el modo de presentarla, lo que generó mucha tensión con la institución museo. Esto comienza con las exposiciones impresionistas que requerían de espacios sin interferencias visuales y una colocación más flexible de las obras sobre el muro.

Museología y museografía

Centre Pompidou en París, Francia.
Fuente: Sandra Cerezo Ramírez.

A mediados del siglo XX surge una nueva disciplina encargada de los fenómenos de los museos y sus colecciones: la museología, como ciencia que estudia la historia de los museos, sus sistemas específicos de organización funcional y espacial, sus colecciones y el modo de mostrarlas (museografía), así como las relaciones de estas instituciones con la sociedad.

Durante la misma época, las edificaciones de los museos empezaron a expresarse, manifestando como contenedores las experiencias que vivían los visitantes en su interior. Así surgieron en Europa durante los setenta, museos como el Centro Pompidou en París, diseñado por Renzo Piano y Richard Rogers en 1977. Este museo se edifica en un predio colindante desocupado al mercado Les Halles, en una idea de recuperar, renovar y reavivar el espacio urbano de la ciudad. Gracias a esas edificaciones se atrajo mucho turismo y plusvalía.

Museos en el siglo XX

Las propuestas arquitectónicas en torno a la tipología museal a partir de este ejemplo, surgieron como una expresión conceptual del contenido que albergan estas edificaciones. 

Museo GG de Bilbao, Bilbao, España.
Fuente: Sandra Cerezo Ramírez.

Para finales de 1997 se diseñó y construyó el Guggenheim de Bilbao (Frank Ghery). Dicha construcción es una expresión artística del arte contemporáneo que alberga una extensión y renovación conceptual del original de Nueva York. Por ello, este museo se convierte en un parteaguas para la ciudad de Bilbao, convirtiéndola en una de las ciudades más visitadas del mundo.

Museos en el siglo XXI

Las propuestas arquitectónicas de los museos del XXI, tienen un sentido plástico y artístico que manifiesta el poderío de las colecciones y de sus dueños. Actualmente, esto se ha convertido también en un excelente ámbito para crear empresas museales, que, en consecuencia, reditúan en bienes materiales artísticos de alto valor adquisitivo, político y monetario, en una derrama también para el espacio público y la propuesta cultural de muchas ciudades.

Bibliografías

[1] Linares, J. (1994). Museo, Arquitectura y Museografía. Madrid, España: Fondo de Desarrollo de Cultura, p. 15.

[2] Fernández, Arenas, J. (1996). Introducción a la conservación del patrimonio y técnicas artísticas. Barcelona, España: Ariel/Historia del Arte, pp: 123-126

Para saber más

Licenciatura en Arquitectura, Filosofía, Maestría en Filosofía y Crítica del Arte, Universidad Intercontinental.



* Las opiniones vertidas en las notas son responsabilidad de los autores y no reflejan una postura institucional

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